Fiesta reivindicativa para "dar vida" al castillo de Montearagón e intentar frenar su deterioro

La Asociación de Amigos del Castillo está a la espera de un estudio del Ministerio de Cultura para planificar las obras y Quicena quiere iluminar los restos por la noche.

El presidente de la Asociación de Amigos del Castillo de Montearagón, Antonio Turmo, explica la función de la cripta junto al alcalde de Quicena, Javier Belenguer, que le hizo entrega de las llaves en un acto que simbolizaba la colaboración, como nunca an
El presidente de la Asociación de Amigos del Castillo de Montearagón, Antonio Turmo, explica la función de la cripta junto al alcalde de Quicena, Javier Belenguer, que le hizo entrega de las llaves en un acto que simbolizaba la colaboración, como nunca an
Rafael Gobantes

La ladera se desliza, hay arcos a punto de desmoronarse, inmensas grietas cruzan la iglesia y la maleza campa a sus anchas entre las ruinas castillo de Montearagón, víctima también de actos incívicos. Por ello, urge la consolidación de la estructura y, especialmente, la eliminación del peligro para conseguir que sea una ruina consolidada y que no vaya camino de "yacimiento arqueológico". Estos son los objetivos prioritarios de la Asociación de Amigos, según explicó ayer su presidente, Antonio Turmo, en la celebración de la XVIII jornada de puertas abiertas, una fiesta reivindicativa con la que cada año se reclaman inversiones para "hacer el monumento visitable y darle vida".


El Ministerio de Cultura, a través del Instituto de Patrimonio y como propietario de la fortaleza, ha elaborado un estudio previo para señalar las medidas más urgentes, que será la base del proyecto técnico para iniciar las obras, según anunció a finales de abril la subdelegada del Gobierno en Huesca, María Teresa Lacruz. Por el momento, la Asociación y el Ayuntamiento de Quicena, municipio en el que se encuentra esta fortaleza fundada en 1085 por el rey Sancho Ramírez, están a la espera de conocer el desarrollo del mismo y los plazos, pero aseguran que les han abierto las puertas a la colaboración, por lo que quieren que se incluya un plan de seguridad y de señalización, para evitar riesgos.


Esta es la prioridad así como hacer que la ruina sea visitable y que permita entender su historia, además se quiere vincular a los vecinos de la Hoya de Huesca al castillo, profundizar en la investigación del mismo y "conseguir vida para Montearagón", comentó el presidente de la asociación, Antonio Turmo, en su intervención en el acto de bienvenida, que comenzó pasadas las 11.00, tras la que actuó el grupo Estirpe de Aragonia, que interpretó el pasodoble ‘Montearagón’.

La cripta ya se puede visitar

No obstante, lo primero que se hizo fue abrir la cripta al público después de un tiempo inaccesible, tras unos trabajos acometidos por el Ayuntamiento de Quicena, ya que la cerradura no funcionaba y era necesaria la limpieza de la entrada. Esta estancia, que se recuperó en mayo de 1999, se ubica debajo de la nave central de la iglesia y sirvió de panteón real. Allí estuvo enterrado el rey Alfonso I El Batallador, una infanta y el abad Fernando de Montearagón hasta que con la desamortización del siglo XIX se vendió y sus restos fueron trasladados a San Pedro el Viejo, en Huesca, según detalló Turmo.


Este es el único espacio rehabilitado, junto con la iglesia donde se celebró el acto, y que solo se abren en ocasiones puntuales como la mañana de ayer. El resto son muros semiderruidos que sobreviven al paso de tiempo y entre los que se puede pasear, aunque hay puntos de peligro. El alcalde de Quicena, Javier Belenguer (PP), entregó las llaves de la cripta a la asociación, en un gesto que simboliza la colaboración, antes inexistente, de ambas entidades.

Iluminación nocturna

Pero no quieren estar solos sino que pretenden crear un consorcio o un patronato para desarrollar las actuaciones, que integre a la Diputación Provincial, al Gobierno de Aragón y la Ministerio de Cultural. Además, el alcalde de Quicena enumeró una serie de ideas que quieren llevar a cabo. Por un lado, pretenden actualizar un antiguo proyecto para iluminar el castillo por la noche, ya que se trata de una reconocida silueta del paisaje oscense. Aunque en su momento se intentó conseguir financiación, se quedó aparcado y ahora se quiere retomar. Más a largo plazo, se plantean trabajar en un proyecto de agua y servicios, que permita hacer actividades en este espacio así como crear un centro de interpretación y de acogida.


Por el momento, la realidad es que cada vez que se organiza un acto es necesario limpiar el entorno de restos de basuras y maleza. Por ello, se han propuesto crear un grupo de voluntarios de Montearagón para desarrollar estas tareas en la medida de su disponibilidad. Aquellos que quieran apuntarse pueden enviar un correo a: alcaldía@quicena.es


Ahora, "tras veinte años de trabajo de la asociación es el momento de hacer balance para caer en la cuenta de que los objetivos principales son los mismos", comentó Javier Turmo, que celebró ayer su primer día del castillo como presidente tras tomar el relevo a Manuel Tresaco que ocupa el cargo desde el inicio. "En este tipo de obras hay una continua sensación de insatisfacción, porque hay mucho que hacer y es difícil el equilibrio entre a lo que se aspira y lo que se consigue. Es indudable que estaba en unas condiciones mucho peores, aunque los avances son lentos, porque o se aborda con un plan muy activo o seguirá así", valoró Tresaco.


Aunque en las obras no hay avances, sí en la difusión ya que el Ayuntamiento de Quicena ha organizado una serie de actos para este año bajo el título ‘2016: Montearagón es el protagonista’ que se completa también con un ciclo de conferencias que ofreció el Instituto de Estudios Altoaragoneses (IEA), desde donde se profundizará en la investigación.

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