Los menores de Barbastro no aclaran las circunstancias del accidente ni su huida

La Fiscalía de Huesca todavía no ha recibido el informe de la autopsia del guardia civil ni el atestado de Tráfico.

Mariano Tafalla, letrado de la acusación particular, a las puertas del Palacio de Justicia.
Mariano Tafalla, letrado de la acusación particular, a las puertas del Palacio de Justicia.
Fernando Paúles

Los tres menores que viajaban en el vehículo que mató al guardia civil José Antonio Pérez en Barbastro declararon ayer ante la Fiscalía, pero sus testimonios apenas aportaron información sobre cómo se produjo el suceso ni sobre cómo consiguieron huir del lugar.


La comparecencia del chico de 14 años y de las dos chicas de 14 y 17, en la que estuvieron asistidos por sus abogados y acompañados por sus padres, duró cinco horas. Los tres figuran como investigados y están en libertad. Según Mariano Tafalla, letrado de la acusación particular, los menores incurrieron en continuas contradicciones. Este abogado de la Asociación Unificada de la Guardia Civil que representa a la viuda no quiso dar detalles de la declaración y se limitó a reconocer el trabajo realizado desde la Fiscalía en el esclarecimiento de los hechos. Estos, dijo, se aclararán gracias a las pruebas testificales previstas para los próximos días y a las documentales.


Todavía no se ha recibido el informe de la autopsia para determinar las lesiones del guardia civil y las causas exactas de su muerte. Tampoco ha concluido el atestado definitivo del Grupo de Investigación de Tráfico para concretar la velocidad a la que viajaba el coche que lo arrastró o los metros recorridos. Según la primera versión oficial, la víctima fue agarrada del brazo cuando paró al vehículo en el control de alcohol y drogas y arrastrado 460 metros, hasta la colisión con otro coche, que lo lanzó a más de 30 metros.


Los tres menores, dos de 14 años de edad y una de 17, respaldaron ayer la versión facilitada por el conductor, también de 17, según la cual el agente metió parte del cuerpo en el vehículo para intentar detenerlo, momento en el que aceleró para salir huyendo, y forcejearon en el interior mientras recorría casi medio kilómetro. Sin embargo, incurrieron en contradicciones. También confesaron que se pusieron nerviosos y no recordaban muchos detalles, sobre todo los ocupantes de los asientos traseros, los dos menores de 14 años. Delante viajaba la menor de 17, pareja del conductor y madre de su hijo.


Otra de las incógnitas es saber cómo escaparon del lugar, ya que la Guardia Civil los detuvo horas después. La pareja apareció escondida en la bodega de la casa de un familiar en un pueblo a más de 10 kilómetros de Barbastro, pese a que el chico tenía un esguince. Tampoco se sabe cómo el más pequeño, que en el accidente se fracturó la tibia y el peroné, recorrió más de un kilómetro desde la carretera hasta Barbastro. Según confesó, se desvaneció y permaneció durante la noche escondido entre unas zarzas. La otra chica, de 14 años, llegó a su casa explicando que la había atropellado un coche y sufrió un golpe con el retrovisor. Su familia la llevó al hospital, donde la localizó la Guardia Civil.


Cristina Dolcet, abogada del conductor y de su pareja, reconoció que las declaraciones "no fueron fáciles ni aportaron mucha información". También espera conocer las pruebas pendientes para esclarecer los hechos. En los próximos días se ha citado a varios conductores parados en el control, a los guardias integrantes de este operativo y a los familiares de los menores.


El principal implicado testificó el 6 de marzo. Durante cuatro horas hizo dos declaraciones distintas. Primero implicó a un adulto, pero acabó confesando que él iba al volante. Desde ese día está en el Centro de Educación e Internamiento para Menores de Juslibol (Zaragoza).

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