Down Huesca celebra 25 años de apoyo a la inclusión

La asociación, que opera en toda la provincia, asiste a más de 180 niños y jóvenes, además de a sus familias, con el fin de que puedan llevar una vida lo más autónoma posible.

Alba María Gracía, usuaria desde hace 25 años, en el Coso de Huesca.
Alba María Gracía, usuaria desde hace 25 años, en el Coso de Huesca.
R.C.

Nieves Doz señala como deseo para el futuro de la Asociación Down Huesca, que preside, "la inclusión total de todos los usuarios, para que puedan llevar a cabo una vida plena dentro de la sociedad". Una aspiración que podría ser la misma que tuviera cuando en el año 1991 pusieran en marcha la entidad, pero que Doz matiza. "Entonces era algo así como un sueño, una voluntad lejana, casi impensable. Hemos avanzado muchísimo en ese sentido, aunque todavía falta", explica. Así, con el objetivo de seguir dando apoyo a sus usuarios, Down Huesca celebra sus bodas de plata, y lo hace con varios actos y charlas repartidos durante todo el año 2016.


El empleo, el ocio o la salud serán los temas protagonistas de los coloquios organizados, ya que son aspectos muy importantes para las familias y que se han trabajado desde la asociación en estos 25 años de vida. Actualmente, Down Huesca cuenta con más de 180 usuarios repartidos por toda la provincia, a través de sus centros de la capital oscense, Monzón, Barbastro, Sabiñánigo y Fraga. "Desde nuestros comienzos pretendíamos dar asistencia no solo a la ciudad de Huesca, sino también a la provincia, ya que creemos que aunque existan diferencias en el entorno, los servicios y las necesidades son iguales", explica Doz.


Fue un grupo de padres con hijos con Síndrome de Down los que decidieron unirse para poner en común sus inquietudes y para lograr mejorar la calidad de vida de sus hijos. Sus primeras reuniones se celebraban en un aula del colegio Miguel Hernández, aunque pronto consiguieron aumentar en usuarios y trasladarse a su actual sede central, ubicada en la avenida de los Danzantes. Junto al crecimiento de la asociación se ha llevado a cabo un importante progreso también en la situación de sus usuarios dentro de la sociedad. "Han cambiado muchísimo las cosas en todos estos años, ya que se ha conseguido una mayor normalidad. Ahora se comenta lo mismo de un joven con Síndrome de Down que de otro de su misma edad", apunta la presidenta de la entidad.


La normalidad en la vida de sus usuarios es la mayor pretensión que se persigue dentro de Down Huesca. "Queremos que sean autónomos en su vida, en el que tanto los profesionales, como las familias y la sociedad en general debemos ofrecer apoyo". Contribuir a esa independencia se ha perseguido con los diferentes programas puestos en marcha por la asociación, entre ellos, uno de inserción en el mundo laboral, que lleva ya más de una década en funcionamiento. "Tenemos una usuaria que fue la primera en encontrar trabajo, y lleva ya muchos años trabajando en el supermercado Simply de Barbastro. Esto es algo enriquecedor para la empresa y para el entorno". Down Huesca también cuenta con centros ocupacionales de encuadernación y papelería para sus usuarios, así como otros talleres de tiempo libre.


En los últimos años se ha intentado dotar a los usuarios en edad joven y adulta de una vida autónoma casi plena, a través del Proyecto de Vida Independiente, que les permite convivir con otros chicos de su edad de manera tutelada, pero les enseña a valerse por si mismos. "Empezamos en un único piso, en colaboración con la Universidad de Zaragoza, pero pronto se quisieron sumar otros usuarios, que nos a hecho añadir otros apartamentos, en los que conviven, bien con otros usuarios o con estudiantes", explica Nieves Doz.


"Todo, desde estos pisos hasta las clases de logopedia, va enfocado a que tome sus propias decisiones, a que vea los diferentes puntos de vista y elija, porque enseñar a un hijo no es solo que aprendan a sumar y restar. A veces los mismos padres estamos poniendo ciertos frenos, sobreprotegiéndolos, pero tenemos que esforzarnos para hacer que ellos mismos nos cuenten sus problemas", añade.


El trabajo con las familias es otro de los pilares importantes en la asociación. "Cuando un niño nace con Síndrome de Down, en el mismo hospital se les da nuestro teléfono". Así, se intenta guiar a los padres en las posibles dudas que puedan tener, además de ponerles en contacto con otras familias que hayan vivido la misma situación. "También se está trabajando a nivel nacional para intentar formar a los profesionales de pediatría en el momento de dar la primera noticia a los padres", comenta Doz.


Junto a los más de 180 asociados, la gran familia de Down Huesca la componen 30 trabajadores y otros tantos voluntarios. Han podido capear el temporal de los recortes sin tener que reducir en servicios, y ahora que parece que "lo peor ha pasado", solo se plantean un futuro mejor para sus usuarios.

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