La Ferieta de Aínsa fue un éxito. El aparcamiento del casco histórico se completó y hubo algún momento con colas de vehículos en el acceso. Sin embargo, ni esto ni el viento que soplaba impidió el disfrute de una jornada en torno a los productos agroalimentarios y a los animales de razas autóctonas en exposición. Fue un triunfo de público pero también de ventas. La cita, que se celebra desde el XI y es un referente en el sector, ha crecido en los últimos años, según comentó el alcalde, Enrique Pueyo.

Además, cada año atrae a más público de fuera de la comarca e incluso de Aragón. Así lo apreció Andrés Bielsa, de Quesos de Saravillo, que señaló además que el ritmo de ventas era muy bueno. "Había participado en otras ferias de Sobrarbe pero en esta era la primera vez y está pasando muchísima gente, a pesar de que hace aire frío" explicó María Pilar Ollés, de la empresa de San Esteban de Litera Miel y aromas del Pirineo, que como los visitantes agradeció el caldo de Gallina de Sobrarbe que se repartió durante toda la mañana.

Criadores de la asociación de esta raza, como Ramón Ceresuela, también llevaron animales para la venta. Además, había cabras, burros, ovejas… y sobre todo ejemplares de vaca pirenaica. La Asociación Arto, Un paso atrás, que recupera especie vegetales locales, repartió miles de semillas de judías con el objetivo de popularizar alimentos que conservan todos los nutrientes y conservar el patrimonio.

Además, Aínsa celebró el acto de entrega de la segunda edición de los galardones La Cruz del Sobrarbe, que distinguen el trabajo por el territorio. Este año se ha concedido a Ricardo Buil, de la empresa Central de Reservas, que tras 15 años en el mercado ofrece más de 500.000 hoteles, factura 48 millones de euros y emplea a 80 personas. También se distinguió a Josefina Loste, de San Juan de Plan, impulsora del turismo rural, que recuperó indumentaria y bailes tradicionales.