​Cataluña intenta demostrar su trabajo con las pinturas de Sijena aunque el objeto de litigio es la devolución

Comienza la segunda jornada del juicio en el que Aragón reclama las pinturas murales de la sala capitular del monasterio.

Imagen de la zona de dormitorios acondicionada en el monasterio de Sijena.
Imagen de la zona de dormitorios acondicionada en el monasterio de Sijena.
Fernando Paules

Comienza la segunda jornada del juicio en el que Aragón reclama a Cataluña, por orden de las monjas sanjuanistas, la devolución de 43 piezas de arte sacro procedentes del Real Monasterio Sijena.


Hoy se escuchará a tres peritos propuestos por la parte catalana, aunque el abogado del Gobierno de Aragón, Alberto Gimeno, resta importancia a la validez de estas testificales encaminadas a demostrar que los bienes se han conservado muy bien en el MNAC, si bien, este no es el objeto del litigio sino la devolución, tal y como solicitan las propietarias.


La doctora en Bellas Artes y experta en conservación, Rosa María Gasol, ha comentado que el estado actual de las pinturas es "frágil" pero "estable". Además, ha señalado que se encuentra en perfecto estado de conservación en el MNAC, y que incluso en condiciones especiales atendiendo a sus características particulares.


A preguntas de la defensa catalana, ha asegurado que las pinturas "no hubieran pervivido" a la intemperie durante los más de 50 años que la sala permaneció sin techumbre. Al mismo tiempo, asegura que la sala capitular, en la que estuvo por última vez en 2012 tiene problemas de humedad. Por ello, concluye que la obra "no soportaría un segundo arranque, es decir, que se perdería".


Eso en respuesta a Cataluña pero después, ante el abogado de la DGA, matizó y admitió, al igual que en las conclusiones de su propio informe que ha venido a ratificar, que podría hacerse cumpliendo determinados parámetros.


Con todo, la experta ha recalcado que las pinturas no podrían separarse de la tela y está a su vez tampoco del soporte de madera en el que se encuentran ahora expuestas en el MNAC. Aún en el caso de que se retirasen con la estructura, asegura que las dimensiones no encajarían en la sala capitular aunque esta se acondicionara, pero reconoce a la juez que "los arcos de podrían cortar" y se podría trasladar.


En respuesta al abogado de Villanueva de Sijena, Jorge Español, reconoce que si cuando Gudiol llegó en 1936 a Sijena a arrancar las pinturas se hubiera techado la sala capitular, "se hubieran conservado" in situ.

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