El sector turístico del Pirineo afronta una Navidad incierta por las altas temperaturas

Los hoteleros confían en nuevas nevadas para fin de año que mejoren una ocupación del 80% en algunas zonas. Las estaciones disponen de 90 km e incluso trabajan para abrir más pistas.

Cerler tenía ayer abiertos 19 km y ampliará su superficie por la zona de Gallinero.
Cerler tenía ayer abiertos 19 km y ampliará su superficie por la zona de Gallinero.
aramon

Los empresarios turísticos del Pirineo viven más pendientes que nunca de los partes meteorológicos, a la espera de un frente frío que acabe con las inusuales temperaturas de este mes de diciembre. Ni siquiera por encima de 2.000 metros hay valores negativos, llegando a 14 grados de máxima en algunos refugios de alta montaña durante el día.


Las previsiones de ocupación para la Navidad eran muy optimistas, "espectaculares", afirman algunos hoteleros, pero la escasez de nieve está marcando una tendencia a la baja que confían en remontar si se acaba el anticiclón. No obstante, esperan seguir atrayendo a visitantes porque además de contar con 90 kilómetros de pistas esquiables, hará buen tiempo para otro tipo de actividades en la montaña y se prepara una variada oferta de ocio.


Según la Asociación de Empresarios de la Jacetania, las reservas han aumentado respecto a otros años, sobre todo en Nochevieja, con algunos hoteles al 80% o al 90%, cuando aún faltan 10 días, un hecho que atribuye al mayor consumo por la reactivación económica. "Pero las previsiones no pueden ser buenas mientras no haya más nieve", aclara su presidente, Pedro Marco. Precisamente esta circunstancia hace que las cifras sean más favorables en Jaca que en el valle del Aragón, con una de las dos estaciones cerradas. No obstante, añade, habrá "una buena oferta de ocio para la gente alojada".


En el otro extremo del Pirineo, el valle de Benasque esperaba unas Navidades "históricas". Según el presidente de la asociación turística, "hay hoteles llenos ya a partir del día 22 y aunque existe incertidumbre, confiamos en sujetar el grueso de las reservas". José María Ciria asegura que se va a poder esquiar, aún con menos kilómetros, y hacer otras actividades gracias al buen tiempo. Las reservas aguantan, a pesar de alguna cancelación, pero lo peor sería llegar al 3 de enero sin nuevas nevadas, ya que es la semana de esquí por excelencia.


Los alojamientos que más lo van a notar son los situados a pie de pistas. Es el caso del valle del Aragón, pero también de algún hotel en el valle de Tena. El director del Abba Formigal, Tomás Chéliz, habla de "una tendencia a la baja" en las reservas, aunque se mantienen en Nochevieja. "La ocupación era bastante buena, con noches a casi el 80%, pero la falta de nieve nos está penalizando", explica.


Aunque más lejos de las pistas, los hoteles del balneario de Panticosa no esperan mucha animación en la primera semana de vacaciones, pero sí del 26 de diciembre al 10 de enero, con una ocupación muy alta en Nochevieja, por encima del año pasado. "Estamos todos a la expectativa, a ver si nieva", señala el director de Panticosa Resort, Bruno del Olmo. Esta semana ha habido algunas cancelaciones, "pero nada muy significativo".


Las cinco estaciones abiertas ayer en Aragón sumaban 90 kilómetros esquiables. No hay previsión de nevadas a corto plazo. La Agencia Estatal de Meteorología sí anuncia una bajada de temperaturas a partir de hoy que facilitaría la fabricación de nieve artificial y, según los partes manejados por los centros invernales, las nevadas podrían llegar a partir del 26 o 28 de diciembre. "Estamos aguantando hasta que lleguen", afirma Andrés Pita, director comercial de Astún, quien recuerda que no todo invita a ser pesimistas. "A día de hoy han pasado por aquí más esquiadores que en 2014, cuando no abrimos hasta el 12 de diciembre".La pista más alta abre mañana

Por su parte, Aramón hace hincapié en el enorme trabajo y la profesionalidad del personal para mantener la superficie estable e incluso poner más pistas a disposición de los esquiadores. Es el caso de Cerler, que prevé abrir mañana la zona de Gallinero, su buque insignia, la pista más alta del Pirineo aragonés a 2.630 metros. Según su director, Gabriel Mur, la orientación y altura permiten mantener una excelente calidad de nieve aún con temperaturas altas. Para ello ha sido necesario mucho trabajo de preparación de la pista, con nieve natural que el viento arrastra de otras zonas y la ayuda de los cañones.


Este fin de semana, a caballo entre el puente de la Constitución y la Navidad, es de transición y no hay muchos esquiadores en las pistas, aunque ayer se animó con las actividades del Día Mundial del Snowboard.

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