Familiares de los militares afectados por el cierre del cuartel Sancho Ramírez de Huesca se reunirán el próximo viernes, 23 de enero, para decidir si crean una plataforma y llevar a cabo actos reivindicativos, para visualizar que no se trata sólo de la perdida de 250 puestos de trabajo, sino de 250 familias que ya no tendrían su medio de vida en la capital oscense.

Desde el Ayuntamiento de Huesca, su alcaldesa ha solicitado una reunión con el ministro de Defensa, Pedro Morenés, para paralizar este cierre, pero de momento no hay fecha.

La reunión se ha previsto a las 20.15 y se abordará la posibilidad de constituir una plataforma reivindicativa, como ha apuntado una de las familiares afectadas, Patricia Novo.

"Lo que queremos es que la gente visualice que esto no es sólo 250 puestos de trabajo, sino que somos 250 familias, familias que tienen hipotecas, que su sueldo lo gastan en la ciudad y que afectaría al comercio, a la educación, a la hostelería. Es una decisión errónea", ha aseverado Novo para dejar claro que el objetivo final es paralizar el cierre del cuartel, porque no se quieren ir de Huesca.

"No nos queremos ir de Huesca porque hay gente que es de aquí, lleva muchos años en el ejército con antigüedad, han recorrido varios puntos de la geografía hasta que han conseguido venir a Huesca como destino y, en estos momentos, les están diciendo que ahora se tienen que ir de la ciudad", ha lamentado.