La Policía Local de Huesca ha estrenado esta semana un nuevo analizador portátil que permite realizar un test de drogas a conductores en solo 5 minutos y que ha dejado ya las dos primeras detenciones. Se trata de dos amigos de 29 años que iban en sendos vehículos y que fueron arrestados por dar positivo en consumo de marihuana después de que uno de ellos se saltara un semáforo en rojo y el otro increpara a los agentes desde una furgoneta mientras realizaban un control a su amigo.

Ambos fueron detenidos por un presunto delito de conducción bajo la influencia de drogas tóxicas (el contraanálisis corroboró que habían fumado cannabis) y aunque fueron citados a sendos juicios rápidos esta misma semana, al final no se celebraron porque el abogado de uno de ellos pidió una prueba complementaria y el letrado del segundo no se presentó.

El test es muy rápido en comparación, por ejemplo, con el que usa la Guardia Civil, que tarda unos 30 minutos. Además, es muy sencillo ya que tras calibrar el analizador, el agente abre un kit que contiene un bastoncillo de algodón esterilizado y se lo entrega al conductor para que lo impregne con su saliva (sin llegar a morderlo) durante un minuto. Una vez que hay suficiente muestra, un reactivo se tiñe de azul y entonces se introduce la torunda en el analizador. En pocos minutos una impresora portátil saca un tique indicando el resultado.

Cinco tipos de sustancias

Si da positivo, la Policía Local envía el bastoncillo a un laboratorio de Barcelona (el mismo que usan los Mossos d’Esquadra), que en 24 o 48 horas remite el resultado del análisis de contraste. "En ningún caso se puede perder la cadena de custodia", subraya el intendente, Alberto Edroso. El test usado en Huesca detecta hasta cinco tipos de estupefacientes: cannabis, cocaína, opiáceos, metanfetaminas y anfetaminas.

En caso de dar positivo en drogas en un control fijo se castiga solo con una sanción administrativa, que conlleva una multa económica de 1.000 euros -que se puede quedar en 500 por pronto pago- y la pérdida de 6 puntos.

Sin embargo, cuando por ejemplo un conductor provoca un accidente, huye de un control poniendo en peligro la vida de los demás o se le pilla circulando a una velocidad excesiva y da positivo en drogas, entonces se le puede atribuir un delito por considerar que hay influencia en la conducción. El Código Penal lo castiga con una pena de prisión de 3 a 6 meses, con una multa de 6 a 12 meses o con trabajos en beneficio de la comunidad de 31 a 90 días, además de la privación del derecho a conducir por un tiempo de entre uno y cuatro años.

Edroso advierte de que estos test de drogas se realizarán a personas que pese a haber dado negativo en alcohol presenten síntomas claros de ir bajo la influencia de sustancias estupefacientes. "Este tipo de prueba son para casos como los del otro día. Uno de los conductores se saltó un semáforo en rojo y lo tuvimos que perseguir. Y aunque no estaba en condiciones, se hubiera ido solo con una multa si no le llegamos a hacer la prueba de drogas porque dio 0 en alcohol", señala.

De hecho, los miembros del equipo de atestados han pasado un curso de formación donde además del funcionamiento del aparato, les han enseñado a distinguir indicios del consumo de drogas. "Tienes que mirar si lleva las pupilas dilatadas o si se le desencaja la mandíbula al hablar, por ejemplo", explica Francisco Romero, oficial de Atestados.

"La diferencia con la prueba de alcoholemia es que esta te dice la cantidad exacta de alcohol y en caso de superar los 0,60 ya puedes imputarle un delito. Pero estos test no concretan si alguien se ha fumado solo un porro va hasta arriba de pastillas, por lo que demostrar la influencia de las drogas sobre la conducción es ya una labor policial", destaca Edroso.

Antes de contar con este aparato, la Policía Local solo podía realizar pruebas de drogas en el hospital San Jorge con análisis de sangre o de orina. Sin embargo, en el último año únicamente han trasladado a tres personas "porque allí están para curar pacientes y no puedes estar llevándoles delincuentes todos los días".

20 € por prueba y 120 el análisis

Uno de los inconvenientes de estas pruebas en comparación con los test de alcoholemia es que si bien estos últimos son prácticamente gratis, cada kit detector de drogas cuesta 20 euros. Si da positivo, hay que sumar 120 euros más por el coste del análisis del laboratorio. Además, la Policía Local ha invertido 5.600 euros en la compra del analizador. Pese a ello, Edroso, subraya que "no se puede considerar un gasto sino una inversión en seguridad vial porque se está comprobando que conducir drogado está más extendido de lo que se cree y a estas personas hay que retirarlas de la carretera porque son un peligro".