La turbidez de Vadiello obliga a Huesca a tomar agua de boca del Cinca durante dos semanas

Los vecinos se han quejado del olor y sabor pero el Ayuntamiento, ya normalizado el suministro, garantiza la calidad

Un ciclista contemplaba ayer por la tarde el embalse de Vadiello desde la presa.
La turbidez de Vadiello obliga a Huesca a tomar agua de boca del Cinca durante dos semanas
Javier Blasco

Los vecinos de Huesca han estado bebiendo agua del río Cinca durante casi dos semanas debido a los problemas de turbidez que presentaba el embalse de Vadiello, en el río Guatizalema, que es la principal fuente de abastecimiento de la ciudad. 


Este cambio de suministro habría pasado desapercibido si no fuera porque muchos oscenses, desconocedores de la situación, han llamado en los últimos días al Ayuntamiento para quejarse del mal olor y sabor que tenía el agua que salía de sus grifos. No obstante, el equipo de gobierno del PP aclaró ayer que durante el tiempo que se ha tomado agua del Cinca se han hecho todos los controles posibles y que el agua era «totalmente potable y de calidad». 


El concejal de Servicios Generales, José Miguel Veintemilla, explicó que el cambio de suministro fue aconsejado por los técnicos municipales el pasado 5 de agosto después de que unas tormentas caídas en la parte norte del embalse de Vadiello provocaran un aumento de turbidez del agua. Además, ello coincidió con un incendio en una torre de alta tensión que dejó inoperativa una las bombas de bombeo de la Almunia del Romeral. Ante estas complicaciones, el Ayuntamiento decidió pasar a suministrarse del embalse de Valdabra, que se llena con el? agua del canal de Cinca. 


Esta conducción se construyó de forma urgente en mayo de 2005, cuando los caudales de Vadiello estaban bajo mínimos por una grave sequía y peligraba el abastecimiento de agua de boca para Huesca en pleno verano. Esta fuente de abastecimiento alternativa se utilizó desde mediados de julio de ese año hasta febrero de 2006, cuando el nivel del río Guatizalema ya se recuperó.


Una vez que se solucionó la avería de la bomba ubicada en la Almunia del Romeral y tras comprobar que los problemas de turbidez habían desaparecido, el Ayuntamiento de Huesca repuso el lunes la toma de Vadiello. Veintemilla destacó a este respecto que «el agua de Vadiello viene de la montaña y tiene un sabor extraordinario al que ya estamos acostumbrados, mientras que la de Valdabra viene desde el embalse de El Grado por el canal del Cinca, con lo cual a lo largo del recorrido se encuentra, sobre todo en verano, con algas que producen ese sabor y ese olor diferentes». Sin embargo, el concejal de Servicios Generales insistió en que no tiene que haber ningún temor por haber consumido agua de Valdabra «porque se han hecho todos los controles posibles de la calidad, de cloro...».


«Hoy –por ayer– hemos revisado todas las analíticas con los técnicos municipales y con la empresa externa que las hace y están todos los parámetros perfectos. No hay ningún problema en la calidad del agua. Lo único es que tiene un sabor diferente a la que estamos acostumbrados que viene de Vadiello y un olor característico, pero es exactamente igual de potable y de buena», resaltó Veintemilla, quien puso un ejemplo gráfico: «Es como si estás acostumbrado al agua de Huesca y te vas a Madrid o Ciudad Real, que te sabrá diferente, pero las dos serán potables y de calidad».


Además, el edil también aseguró que no es la primera vez que se usa una fuente de suministro alternativa a Vadiello «porque si por ejemplo cae una tormenta que arrastra mucho barro, automáticamente dejamos de meter agua en la red para evitar que se contamine». En esos casos, usan otras tomas como el manantial de San Julián de Banzo, «que en verano tiene mucho menos suministro porque tan apenas mana», o el embalse de Valdabra «que en esta época sí está lleno».


El concejal de Servicios Generales desveló ayer este cambio temporal del suministro de agua a raíz de las quejas que le había trasladado la Asociación de María Auxiliadora ya que muchos vecinos particulares y también establecimientos hosteleros del barrio se habían extrañado en los últimos días del peculiar olor y sabor que presentaba el agua que salía de sus grifos. Ayer por la mañana, el concejal José Miguel Veintemilla contestó a la entidad vecinal asegurando que no existía ningún motivo para la alarma.


El presidente de la asociación del barrio, Javier Moreno, afirmó que no solo les habían llegado quejas de residentes en María Auxiliadora sino también de otros barrios como Santiago (calle de Juan XXIII) o San Lorenzo (Doña Sancha, «que nos han dicho que llevan comprando agua embotellada desde hace varias semanas». Moreno agradeció las explicaciones municipales «porque nos tranquilizan y confirman que algo estaba pasando». No obstante, aconsejó al Ayuntamiento que si en el futuro se vuelve a dar esta misma situación «quizá debería informar antes a través de un bando o de lo que sea para que los vecinos sepan qué puede ocurrir».