Veinte obras de otros tantos artistas salen a subasta este jueves en la sala Genius (local Bendita Ruina) a las 19.30. Será el broche final del festival de arte en pequeño Micro que organiza el área de Cultura del Ayuntamiento de Huesca. El precio de salida es de 20 euros y las pujas, ascendentes, serán de 5 en 5 euros. En el catálogo pueden encontrarse nombres como los oscenses María Blasco, Vicky de Sus o los hermanos Álvaro y Gonzalo Moca, la ayerbense Pilar Esporrín o el Premio Nacional, Isidro Ferrer.

Para darle más emoción, hasta que el maestro de ceremonias no diga ‘¡Adjudicado!’, no se revelará la autoría de cada pieza. “Nuestra intención es que los compradores tengan un flechazo con las obras en cuanto las vean sin que les importe el nombre del artista que hay detrás”, explica Alberto Pelegrín, impulsor de esta iniciativa junto a compañera, Anabel Salcedo.

En el catálogo, disponible ‘online’ en la dirección electrónica http://bit.ly/1tOjTrG puede encontrarse, señala Salcedo, “un poco de todo, pintura, fotografía, grabado, escultura, collage y hasta un objeto que es una provocación”. Se refiere a una cartera que contiene un billete de 50 euros firmado el artista y que es de curso legal. También pueden verse físicamente en el local ‘La Maravilla’ de la calle Sobrarbe, de la artista Vicky de Sus.

En total, se presentaron 29 artistas a esta convocatoria, para la que se hizo un llamamiento a los artistas que han participado en esta y en las ediciones anteriores de Micro y también a los del antiguo festival Okuparte, que utilizaba espacios en desuso como salas de exposiciones. Las 9 obras que descartaron fue a causa, aseguran sus precursores, porque presentaban dificultades técnicas a la hora de sacarlos a subasta.

Como destacan tanto Pelegrín como Salcedo, con esta iniciativa se trata de cumplir un doble objetivo. “Queremos, por un lado, crear el hábito de comprar arte entre la gente y por otro, que los artistas reciban dineros por sus obras, ya que por lo general, pueden encontrar espacios donde exponer su obra, pero comercializarla resulta realmente difícil”, apunta Pelegrín. Se trata, de este modo, de presentar obras que se pueden conseguir a un precio asequible para muchos bolsillos, con la firma además de un artista de prestigio. “Partimos de 20 euros, pero todo el mundo debe tener claro que valen muchísimo más”, afirma Salcedo.

Un acto teatralizado

El dinero recaudado irá a parar directamente a los artistas. Para pujar, han ideado además un divertido sistema, cambiando las tradicionales paletas de las casas de subastas por piruletas de caramelo en forma de corazón, en referencia al nombre de la actividad, ‘I want it!’ (¡Lo quiero!). Otra de las sorpresas de la tarde será el encargado o la encargada de conducir el acto, del que solo se sabe que será una “cara conocida” de la escena oscense.

Los organizadores pretenden, de este modo, que sea un acto lo más ameno posible. “Va a ser un acto un poco teatralizado, con el fin de que sea también divertido para los asistentes”, señala Pelegrín. Y es que, como rezan los carteles con los que se anuncia esta original sesión, “el que no compra arte contemporáneo es porque no le gusta”.-