El aeródromo de Santa Cilia cierra el día 30 tras anular en unas horas las reservas de los clientes

Trabajadores y usuarios califican de «precipitado» el desenlace porque la futura externalización está por concretar.

Imagen de hoy del aeródromo de Santa Cilia
Imagen de hoy del aeródromo de Santa Cilia
HERALDO.ES

«De la peor manera posible y en el peor momento». Así es como, en opinión de algunos afectados, el Gobierno de Aragón echa el cierre al aeródromo de Santa Cilia, de su propiedad, situado a unos 15 kilómetros de Jaca. Con apenas 14 días de antelación, el miércoles se anunció a la plantilla el despido de seis de los ocho empleados. La decisión se ha tomado una vez iniciada la temporada del vuelo a vela y con clientes en las pistas. El objetivo, según fuentes oficiales, es externalizar la gestión porque las instalaciones generan un déficit anual de 300.000 euros, que califican de «insostenible». El 30 de abril será el último día de actividad y, como consecuencia, en las últimas horas se han cancelado todas las reservas de los clientes.


Trabajadores, miembros de clubes y vecinos conocían la decisión del Ejecutivo autonómico de cambiar el modelo de gestión, de sacar a concurso público la explotación de las pistas. Sin embargo, no esperaban que el final fuera tan «precipitado» porque aún está por definir el modelo de futuro. Por el momento, se han mantenido contactos con el aeroclub Nimbus, el único de la zona autorizado como centro de vuelo que podría asumir la gestión futura. A los trabajadores, tampoco se les ha dado la opción de encargarse de la actividad porque desconocen en qué condiciones. No obstante, Turismo de Aragón se plantea vender el material: tres aviones remolcadores y tres veleros.


Tras los despidos, el Gobierno de Aragón aseguró que se mantendría abierto el aeródromo, aunque solo para los usuarios de avionetas privadas. Para ello, indicó, se conservan los dos puestos de piloto y personal de mantenimiento en el periodo que calificó de «transición», ya que planean sacar a concurso la gestión en «pocos meses».

Sin servicio de un día para otro


Sin embargo, tanto usuarios como trabajadores aseguran que en la práctica supone el «cierre», porque no solo no se atenderá a los clientes de los servicios turísticos, sino que ni siquiera podrán volar los clubes porque muchos no tienen autonomía, ya que necesitan los remolques de planeadores o la posibilidad de repostar. En estos momentos, se encuentran en sus instalaciones los miembros de la Asociación Deportiva Vuelo a Vela Santa Cilia, del Club Collarada, del aeroclub Nimbus –que se marchó en verano del aeropuerto de Huesca– y el Centro de Paracaidismo Pirineos (sin actividad).


De hecho, en estos dos últimos días se han cancelado todas las reservas de usuarios de clubes, la mayoría de países europeos, que se habían realizado en 2013, ya que desde enero no se aceptaban en previsión de un desenlace que al final ha sido precipitado. Tanto es así que al británico Merving Saunders, usuario de las instalaciones desde 2001, no solo le ha pillado el cierre por sorpresa sino que le obliga a interrumpir sus vacaciones. Precisamente, el 1 de mayo estaba prevista la llegada de un grupo de británicos que tienen contratados los billetes del ferry hasta Bilbao para trasladar sus aviones. Con menos de 15 días de tiempo, tendrán que cambiar de rumbo.

Un futuro incierto

«Que había un futuro incierto, ya lo sabíamos desde hace un año, pero el problema es que lo han hecho en el peor momento. Es que es el inicio de la temporada, cuanto está lleno de pilotos», indica Luis Ferreira, del aeroclub Nimbus. La campaña del vuelo deportivo va del 1 de marzo al 30 de septiembre, por lo que no comprende por qué se toma ahora esta decisión. «Ese es el drama, a ver cómo se recupera a todos estos clientes al año siguiente», expone Luis Ferreira, que no oculta que ya han mantenido conversaciones para estudiar la posibilidad de que este aeroclub le dé una continuidad.


«Tenemos una capacidad limitada con 80 socios, un avión remolcador... Nos podemos hacer cargo y profesionalizar parte, pero necesitamos medios. Comercialmente no puede funcionar nunca, por lo que tenemos que buscar una solución mixta», comenta. No obstante, cree que con esta «drástica» decisión «se echa por tierra en unas semanas el trabajo de casi 20 años de un aeródromo, que es una referencia en vuelo de montaña. Podría haber habido soluciones, pero con la gente aquí, ya es complicado».


«Querían liquidar, pero han tenido todo el invierno y lo hacen ahora, en el peor momento posible. Por un lado, está mal para nosotros, porque encontrar trabajo en otro sitio es difícil una vez iniciada la temporada; pero sobre todo para los clientes que ya están aquí, y para la empresa o aeroclub que quiera hacerse cargo en el futuro de su explotación. Hemos quedado fatal», indica uno de los trabajadores despedidos. De todos modos, también cree que no ha habido mala fe sino desconocimiento de cómo funciona el sector. «No se podría haber hecho peor», opina. Además, lamenta esta situación porque estima que las instalaciones de Santa Cilia son de las mejores de España para vuelo deportivo.

Repercusión en la zona

Por su parte, el alcalde de Santa Cilia, Manuel Máñez (CHA), expresa su preocupación por la situación del activo turístico y económico más importante de su localidad. «Vamos a luchar para que se mantenga y que no caiga en una situación de abandono», expresa, por lo que ya han registrado varias preguntas al respecto en las Cortes de Aragón.

Por otro lado, el presidente de la comarca, José María Abarca (PAR), resalta que «el aeródromo es otra oferta más del atractivo turístico de la Jacetania». Por ello, manifiesta su preocupación por la solución y viabilidad futura y por que «no haya un perjuicio para el territorio». «En plena campaña tendría que haber un funcionamiento ordenado y estar resuelto, pero se ha creado una incertidumbre», critica. Por ello, indica que ya ha mantenido contactos con distintas partes implicadas y que ha solicitado una reunión con los responsables del Gobierno de Aragón. «A ver si se resuelve rápido, esperamos que acierten; y mientras tanto, estaremos vigilantes», concluye.


Como consecuencia, los usuarios del aeródromo ya han anulado sus reservas en los establecimientos hoteleros de la zona y, en concreto, de Santa Cilia. «Nos ha pillado por sorpresa y ahora no sé qué haremos», comentaba la propietaria de un negocio de apartamentos turísticos donde el 80% de sus huéspedes son clientes del aeródromo de Santa Cilia.