Huesca

Huesca celebra San Juan a pesar del frío

Numerosos oscenses acudieron a la ermita de Cillas para cenar al aire libre y llenar garrafas y botellas de agua bendecida.

Ermita de Cillas en la noche de San Juan
Huesca celebra San Juan a pesar del frío
J.S.

El frío y el viento no pudieron con la fe y por ello, fueron numerosos los oscenses que acudieron la noche del domingo a la ermita de Cillas para celebrar la Noche de San Juan. Una cita anual que en la capital altoaragonesa, al contrario que en otras ciudades españolas, no tiene como protagonista al fuego, sino al agua, que mana de la fuente que se encuentra en la parte posterior del templo. Allí, además, fueron varias las familias y grupos de amigos que acudieron a cenar al aire libre. La ermita es, además, lugar de peregrinación para los vecinos de los Siete Lugares, esto es, las localidades de: Alerre, Banariés, Banastás, Chimillas, Cuarte, Huerrios y Yéqueda.


"Hemos venido a celebrar el nacimiento de San Juan Bautista, que coincide con el inicio del verano", explica Óscar Abadiano, quien ha acudido a cenar con un grupo de amigos. "Venimos todos los años y este es el primero que venimos a cenar y creo que hemos elegido mala noche", añade Óscar en referencia a las bajas temperaturas. Después de la misa, asegura, irán a "sanjuanarse", confiando en las propiedades curativas del agua.


Así lo ha hecho también, Mari-Sierra Solana, vecina de Huesca, aunque natural de Biel. Acompañada de su familia, ha llenado varias botellas de agua en la fuente convencida de sus propiedades. "Es la primera vez que vengo y me hace mucha ilusión, porque a mi madre cuando era pequeña la trajeron aquí para bañarla porque tenía un problema en la piel", relata Mari-Sierra.


Esta noche tan mágica gusta así a todas las edades, como: Hugo, de nueve años, Emilio y Juan, ambos de nueve, quien, de paso, como asegura, aprovecha para celebrar su santo con su familia y sus amigos. "Hacen una misa, con mucha gente que vienen de los pueblos de al lado", explican los pequeños. No temen, por otra parte, a las brujas que tanto les gusta volar una noche como esta. "Que vengan por aquí si se atreven", afirman estos tres valientes.


Los actos religiosos dieron comienzo con el rezo del Rosario. A continuación vino la eucaristía, en la que participó el obispo de la diócesis de Huesca, Julián Ruiz y una nutrida representación de la corporación municipal. Después, pasada la medianoche, tuvo lugar la procesión con velas encendidas y cantos religiosos hasta la fuente. Allí tuvo lugar la bendición de las aguas, que muchos utilizaron para lavarse y sanarse así de sus dolencias y también se llevaron a sus casas en garrafas o botellas.


"Esta agua es buena para la piel"

En el interior del templo también era posible, además, adquirir las tradicionales tortas, dobladillos y magdalenas. En el puesto de venta se encuentran Francisco López y Lourdes Alastruey, los santeros de la ermita, quienes se ocupan, además, de su cuidado. "Hay mucha tradición y hay gente que viene todos los años, para lavarse allí donde le duele", afirma Lourdes, quien narra, además, como su padre se curó de unos eccemas, precisamente, gracias al agua bendecida. "Ha venido un señor para llenar una garrafa para toda su familia, porque de niño se curó aquí y es que, como dicen, la Virgen de Cillas es abogada de la piel", añade Francisco.


La noche de San Juan es además un momento de encuentro y celebración para los miembros de la Real Cofradía de Nuestra Señora de Cillas, una de las más numerosas de Huesca, con medio millar de socios a día de hoy. "Es una noche para pensar en aquello que quieres olvidar del pasado y realizar buenos propósitos para el futuro", afirma Julio Abad, prior de la cofradía. Como asegura, 'sanjuanarse', "es un acto de purificación para lavar el pasado y afrontar, renovados, el futuro". La ermita es, como asegura, "el santuario más venerado de la Hoya de Huesca y en el que se dan cita los Siete Lugares". Aunque cuentan con escasos medios, asegura sentirse muy agradecido al Ayuntamiento y el apoyo de las brigadas municipales en las labores de mantenimiento de la ermita. Próximamente, la cofradía tiene previsto "pintar los salones y obtener alguna ayuda para la reparación de la cubierta, ya que presenta goteras".