RIBAGORZA

Buena respuesta al día de puertas abiertas de Labitolosa

Una veintena de estudiantes e investigadores de universidades españolas y europeas participan este año en las excavaciones del yacimiento, donde se comenzó a trabajar en 1991.

Los visitantes se sorprendieron del buen estado de las ruinas
Buena respuesta de vecinos y visitantes al día de puertas abiertas de Labitolosa
A. GAYúBAR

Numerosos vecinos de la zona y turistas que pasan estos días de vacaciones en la Baja Ribagorza y en las comarcas vecinas se acercaron el pasado día 15 hasta el yacimiento arqueológico de Labitolosa para participar en la jornada de puertas abiertas organizada por los responsables de la excavación.


La directora de los trabajos arqueológicos que se vienen desarrollando en la ciudad hispano romana de Labitolosa, yacimiento ubicado en la localidad de la Puebla de Castro, la catedrática en Arqueología de la Universidad de Zaragoza María Ángeles Magallón, dirigió personalmente las visitas programadas y acercó a los interesados las últimas noticias sobre este yacimiento en el que se comenzó a trabajar en 1991.


Desde entonces Labitolosa ha desvelado importantes restos monumentales y se ha convertido en una pieza capital para entender la estructura del poblamiento en la época romana y las relaciones económico–sociales a ambos lados de los Pirineos.


Una veintena de estudiantes e investigadores de diferentes universidades españolas y europeas se encuentran este año en Labitolosa, en una campaña algo más reducida que en ediciones anteriores y que se está centrando especialmente en los restos de la fortaleza andalusí de Castro Muñones –que domina desde el conocido como Cerro del Calvario el conjunto urbano de época romana y que fue una pieza clave en la defensa del territorio durante la gobernación musulmana– y en el estudio profundo de las inscripciones de la época romana.


Foro, basílica, curia, termas...


Como pudieron constatar los visitantes, la buena conservación de los varios edificios públicos descubiertos en Labitolosa le confiere un carácter excepcional. Las excavaciones han descubierto diferentes monumentos públicos en un excelente estado de conservación, lo que permite conocer las características de la ciudad. Se ha sacado a la luz el foro de la ciudad, un gran espacio público en el que se ubican el templo, la basílica, la Curia y otras edificaciones destinadas a la organización y el mantenimiento de la vida ciudadana entre los que destacan especialmente dos conjuntos de edificaciones termales muy bien conservadas con muros de hasta tres metros de alto.


Independientemente del buen estado de conservación que presentan las ruinas de Labitolosa, la ciudad tiene una especial importancia arqueológica ya que tras quedar totalmente despoblada nunca más se volvió a edificar sobre sus solares. Llegó a desaparecer incluso cualquier referencia suya en el registro urbano medieval hasta que la aparición en el siglo XIX de una lápida votiva –que se conserva en el Museo de Zaragoza– devolvió el nombre a la urbe y alertó sobre la existencia de un conjunto urbano que ahora se ha desvelado en buena medida.


Los romanos en los Pirineos


De hecho, se trata de uno de los lugares más favorables para el estudio de la vertiente española de los Pirineos en época romana ya que sus excavaciones completadas con los indispensables análisis de su territorio muestran las condiciones en las que se produjo la penetración romana a lo largo de la cadena montañosa.


Las investigaciones en este enclave favorecen el conocimiento del desarrollo de la vida de esta ciudad, desarrollada desde el siglo I antes de Cristo y que fue abandonada a comienzos del siglo III después de Cristo.


La campaña arqueológica actual cuenta con financiación del Gobierno de Aragón y con el apoyo del grupo URBS, así como de un proyecto de investigación del Ministerio de Ciencia. Por su parte, desde la Universidad de Zaragoza se aportan los medios técnicos y equipos de apoyo a la investigación.