FIESTAS

Los oscenses se preparan ya para San Lorenzo

Los comercios tradicionales apenas notan la crisis en los días previos a las fiestas.

Berta Paraíso, propietaria de la floristería
Los oscenses se preparan ya para San Lorenzo
J. S.

El calor de la parrilla de San Lorenzo se siente ya en las calles de Huesca. Los escaparates vestidos con el blanco y el verde tradicionales, los adornos en la calles y el aroma a albahaca en las floristerías hacen olvidar a los oscenses las temperaturas otoñales de los últimos días y también la crisis. Y es que rascarse el bolsillo cuesta un poco menos cuando ya se escucha el son del ‘San Lorenzo, San Lorenzo’.


«La crisis afecta poco cuando se trata de las fiestas y en especial, en lo que se refiere a los niños, ya que a todo el mundo le gusta que vayan muy majos», asegura María Pilar Dieste, propietaria de un popular comercio de costura dedicado en este tiempo al bordado de las tradicionales pañoletas verdes con motivos de la fiesta. «Ya he perdido la cuenta de cuantas llevo hechas en lo que va de año, comencé en febrero y no he parado hasta ahora», asegura Dieste. Estos serán, no obstante los últimos sanlorenzos en los que María Pilar aceptará encargos, ya que se jubilará el próximo año.


«La gente, en mi opinión, tiene ganas de que llegue la fiesta y de olvidarse de la crisis y entran a preguntar mucho por las camisetas, las pulseras y todas las cosas que tenemos», asegura, por otra parte, Liliana Arévalo, propietaria de una tienda de recuerdos en la que vende camisetas con motivos laurentinos y también complementos. Uno de los productos que más éxito tiene es un modelo diseñado por la firma Kukusumuxu y que como asegura Arévalo, recoge los elementos más característicos de la fiesta, como los danzantes y la parrilla en la que murió el santo. «Soy optimista y creo que la gente está animada. Esperamos, de momento, seguir así y aumentar el ritmo de las ventas conforme se vayan acercando las fiestas», añade la comerciante.


«En nuestro caso, no hemos notado nada la crisis, estamos trabajando igual que otros años e incluso más», afirma Pepa Ramón, una de las dos propietarias de un taller de confección de trajes típicos aragoneses. «Nos encargan de todo, tanto trajes típicos de los valles, como de otras partes de la provincia. Quizá más de mujer y sobre todo, de niños pequeños, casi bebés», añade Ramón. Las peticiones varían también según la ocasión, «Para el día 10 de agosto, la fiesta del Santo, que es más de gala, nos encargan alguna prenda así más de rigor, como los bancales que se llevan en la cabeza», explica.


Y típica es también la albahaca que vende Berta Paraíso en su floristería. «Ahora es cuando comienza a venir la gente para llevársela y plantarla en su huerto. También la compran los turistas», asegura. Los días más fuertes de venta, prevé Paraíso, serán los previos a la fiesta, el 6, 7 y 8 de agosto y también de cara a la ofrenda de flores y frutos, el 15 de agosto. «Enero, febrero y marzo fueron muy tranquilos. Ahora la primera quincena de julio, con las vacaciones, también ha pegado un poco de bajón, pero esperemos que, como todos los años, San Lorenzo de buen resultado. De momento, van preguntando y mirando el escaparate», afirma la florista. La mayor parte de lo que vende estos días aparece en las procesiones. «Más que para la decoración, a la gente lo que le gusta es arrancar una ramita para llevarla consigo el día 9, en el comienzo de la fiesta. El día 10 también hay quien lleva al cementerio, para recordar a sus seres queridos», añade Paraíso.


Por otra parte, los establecimientos de hostelería reciben estos días reservas para los almuerzos típicos del día 10. «Tenemos unas 80 reservas entre la terraza y el comedor, a pesar de que la gente suele esperar al día de antes», asegura, Sheila Peña, camarera de uno de los restaurantes más populares del centro de la ciudad. El menú típico para el día 9: un plato combinado a base de huevo frito, patatas fritas y longaniza, lomo o chorizo. ¡Y a coger energía para el ‘chupinazo’! .