Camino sin retorno hacia la peatonalización

El debate ha comenzado. La eterna aspiración de conseguir que el Coso de Huesca, por donde pasan a diario 10.000 coches, sea peatonal parece haber emprendido por fin un camino sin retorno. El Ayuntamiento de Huesca ha dado ya el primer paso creando una ponencia de movilidad que reúne a representantes políticos y a diferentes colectivos sociales y económicos afectados y beneficiados por esta medida. HERALDO ha reunido a cinco miembros de ese grupo de trabajo (consistorio, vecinos, transportistas, comerciantes y hosteleros) para que pongan encima de la mesa sus pretensiones.

Aunque defiendan diferentes visiones y ambiciones, lo que de momento une a estos cinco representantes de la ponencia es la voluntad de alcanzar un acuerdo. El concejal de Movilidad, Gerardo Oliván, se muestra convencido de que habrá unanimidad «siempre y cuando establezcamos instrumentos para que aquellos colectivos que se sientan afectados obtengan a cambio unas contrapartidas y una solución óptima a sus problemas», subraya.

En ello coinciden también Fernando Callizo, presidente de la Federación de Transportes, quien no espera una negociación demasiado difícil «porque aunque va a exigir muchos sacrificios, si todos estamos convencidos de que el coche es menos necesario de lo que habitualmente lo utilizamos, lo haremos»; y Miguel Ángel Campo, arquitecto y miembro de la junta directiva de la Federación de Barrios, quien valora positivamente que a priori «no hay ningún sector radicalmente en contra de la peatonalización», destaca.

El equipo de gobierno tratará de cerrar antes de final de año un documento con las líneas generales de actuación para que los próximos presupuestos contemplen las partidas necesarias. Sin embargo, Gerardo Oliván afirma que pensar en un Coso peatonal para 2012 «quizá es correr mucho» ya que aparte del proyecto técnico, «tenemos que hacer también un trabajo de concienciación para cambiar la mentalidad de la ciudadanía sobre el uso del coche, y eso va a costar», explica. No obstante, mientras se acometerán otras peatonalizaciones menores que ya están marcha como Alfonso el Batallador, López Allué o San Orencio. «No podemos retrasar procesos porque haya otros por acometer», argumenta.

Los demás miembros de la ponencia también prefieren no ponerse plazos. Así, Fernando Callizo, de la Federación de Transportes, valora la intención del consistorio de redactar antes que nada un estudio de movilidad en profundidad «porque no se trata de peatonalizar el Coso para que a cambio se saturen otras calles». Por ello, insiste en que «no hay que correr ni ganar meses, sino hacerlo bien». También Adolfo Sesé, de la Asociación Provincial de Hostelería, aboga por un proceso de peatonalización «pensado con mucha cabeza y con un período de pruebas».

«No esperar a la paz mundial»

Sin embargo, Miguel Ángel Campo, de la Federación de Barrios, apuesta por darle la máxima agilidad al proceso «porque en esta ciudad parece que tengamos que esperar a que llegue la paz mundial para peatonalizar», declara.

El consistorio presentará en septiembre a la ponencia de movilidad un primer borrador para empezar a debatir en profundidad el plan de peatonalización. De momento, apuesta por un modelo «flexible» para que solo puedan acceder al Coso residentes y carga y descarga (estos últimos con horario limitado) y donde se impulse el uso de la bicicleta. A priori descartan integrar al transporte público. «Tendremos que diseñar unas rutas suficientemente atractivas y que acerquen lo máximo al ciudadano al centro, pero no tendría sentido que el autobús siguiera pasando por el Coso», sostiene Gerardo Oliván.

Todos los miembros de la ponencia lamentan que Huesca vaya en el furgón de cola de las ciudades españolas en temas de peatonalización. No obstante, también quieren ver en ello algo positivo. «Vamos a pensar que como somos los últimos, lo haremos mejor que nadie sin cometer los errores de otros lugares», destaca Daniel Ramírez, presidente de la Asociación de Comerciantes. En este mismo sentido, el concejal de Movilidad, que pone a Vitoria como ejemplo a seguir, opina que «lo bueno es que todos los problemas que surjan, ya los han solucionado en otras ciudades».

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