OCURRIÓ EN 1911 ENTRE JACA Y SABIÑÁNIGO

Un accidente de coche con 100 años de historia

Un monolito situado en la carretera antigua que une Jaca y Sabiñánigo conmemora un accidente de tráfico. Pero no uno cualquiera: podría tratarse del primer accidente de coche ocurrido en Huesca porque sucedió hace 100 años.

La fotografía del monolito tomada en el año 1993
Un accidente de coche con 100 años de historia
RAFAEL BALLESTEROS

Un día cualquiera de 1993, Rafael Ballesteros, un consultor de comunicación zaragozano, circulaba desde Sabiñánigo a Jaca por enésima vez en su vida. Esos cientos de viajes a la ciudad altoaragonesa siempre le habían dejado un interrogante: ¿Qué pondría en un monolito situado a los pies de la N-330? Esa jornada de hace 18 años decidió saldar las cuentas con su curiosidad y bajó a leer la inscripción sobre la piedra. Ante sí nació una historia increíble: la de un accidente de coche a principios del siglo XX.


«Testimonio de gratitud a dios omnipotente que ofrece Francisco de P. Romañá Suari por haberle librado de la muerte juntamente con su familia en un accidente de automóvil ocurrido en este sitio el día XIV de agosto de MCMXI», rezaba el monolito. A primera vista, todo normal: un conductor agradecido por haber salvado su vida tras un accidente. Pero si uno se para a mirar en la fecha del accidente, 14 de agosto de 1911, la historia se vuelve extraordinaria: ¿quién tenía un coche en España en los años en los que la industria automovilística comenzaba a dar sus primeros pasos?


El superviviente del accidente no era un hombre cualquiera. Francisco de P. Romañá Suari era el primer barón de Romañá, título que le concedió el rey Alfonso XIII «en atención a sus méritos en la construcción del canal de la izquierda del Ebro y Riegos del Alto Aragón», según se puede leer en la publicación ‘Elenco de grandezas y títulos nobiliarios españoles’ del año 1990.


Numerosas publicaciones de la época coinciden en señalar que el barón de Romañá fue clave en el desarrollo de los riegos altoaragoneses, pese a que no era natural de esta región sino barcelonés. Doctor en Derecho y casado con María del Pilar Gelada y Pascual, de acuerdo con el número 46 de la Revista Hidalguía –publicado el año 1961-, «el barón de Romañá se distinguió siempre por poner su clara inteligencia, sus fecundas iniciativas y su poderoso dinamismo al servicio de los grandes intereses nacionales», según el obituario que publicaba ‘La Vanguardia’ el 19 de septiembre de 1950.

Entre Sabiñánigo y Jaca


El monolito está situado a mitad de camino, más o menos, de la carretera que une Sabiñánigo y Jaca, al lado de la calzada, según Ballesteros. «Desde pequeño he pasado muchas veces por esa carretera y siempre me fijaba en el monolito, aunque nunca me daba tiempo a leer lo que ponía. Con el carné de conducir en la mano, un día que iba hacia Jaca y no había demasiado tráfico, paré y me acerqué a leer lo que ponía», dice Rafael.


«Cuando vi la fecha me llamó mucho la atención, pero no investigué mucho y la archivé sin más. Hace un par de meses volví a dar con la foto y decidí investigar un poco más», continúa. Google hizo el resto. La búsqueda de ‘Francisco de P. Romañá Suari’ dibuja al personaje en pocos ‘clics’. Fue entonces cuando Rafael decidió elaborar un pequeño texto con la historia y colgarlo en su blog ‘DesEquilibros’, en el que desde 2005 habla de literatura, arte y otros muchos temas.

Furor en internet


Rápidamente, la historia del accidente de coche en 1911 causó sensación. «Esta entrada del blog ha sido una de las más vistas desde que lo creé. Ha recibido miles de visitas», comenta Rafael. Algún internauta decidió incluir la historia en Menéame, un sitio web que aloja los contenidos más populares de la Red, y se colocó entre las más vistas, haciéndose eco de ella decenas de páginas web.


Pero esta historia no es, ni mucho menos, una publicación nueva: HERALDO DE ARAGÓN 'tuvo la exclusiva' el 26 de marzo de 1915. «El barón de Romañá ha ordenado el emplazamiento de una artística Lauda en el kilómetro 10 de la carretera de Biescas (puente de Martillué) en recuerdo del accidente automovilístico que en dicho punto sufrió el verano de 1911 y del cual milagrosamente salió con vida y con él su madre y hermana política», rezaba la página dos de la segunda edición del diario. El anónimo redactor de HERALDO seguro que no imaginó que 96 años después su historia iba a seguir generando comentarios en los foros, ahora, virtuales.