Ya se empiezan a ver las mejoras del Eje Pirenaico (N-260) en Ribagorza. El Ministerio de Fomento puso ayer en servicio a las 10.00 el nuevo puente sobre el río Ésera situado en el acceso a la población de Castejón de Sos. Su apertura evita el paso por el antiguo puente en el que no se podían cruzar dos vehículos y solo permitía el paso alternativo.

Además, se espera que en un plazo breve de tiempo quede terminado todo el tramo de 3,2 kilómetros que ahora sigue en obras y que une dicha localidad ribagorzana con la zona del Congosto de Ventamillo. El proyecto para ensanchar este último eschecho salió a información pública a principios de este año. Ahora, queda pendiente este «cuello de botella» hasta unir con la vía ya remodelada en Campo así como desde Castejón hasta la provincia de Lérida. Por el otro lado de la vía, siguen las obras en los 23 kilómetros entre Yebra de Basa y Fiscal, aunque sigue pendiente el tramo desde allí hasta túneles de Balupor, cerca de Boltaña, que también salió a información pública.

El puente recién estrenado, que sustituye al antiguo, mide 107 metros. No obstante, las obras todavía no han acabado, según explica la alcaldesa de Castejón de Sos, María Pellicer. De hecho, a continuación se procederá a la demolición del antiguo puente y al acondicionamiento de sus entronques con la carretera. De todos modos, aunque sigue en obras, parte de la calzada que ya se ha ensanchado se usa desde hace algunas semanas para circular.

Por otro lado, junto a la rotonda del nuevo tramo se ha colocado una escultura de hierro del artista Santiago Arranz, vinculado al municipio, inspirada en el característico desfiladero del Congosto de Ventamillo.