SEGUNDA DIVISÓN

Tariq sirve una goleada inolvidable

El ariete abrió el camino del triunfo ante el Rayo con dos golazos. La nota triste de la mañana: la grave lesión de rodilla de Bauzá.

Tariq cae al suelo por la inercia después de conseguir de brillante cabezazo el primer gol del partido. Cobeño, con gesto de resignación.
Tariq sirve una goleada inolvidable
RAFAEL GOBANTES

Vino el Rayo, se trajo la tele mañanera y se volvió para casa con un varapalo de órdago. Oiremos decir que la falta de cobro hizo bajar los brazos a los pupilos de doña Teresa. No es verdad. El encuentro tuvo la disputa natural, pero mientras el Huesca alcanzó un diez en eficacia, el conjunto madrileño se topó con un portero espléndido como es Andrés.


Meterle cuatro a los vallecanos, que llegaban segundos en la clasificación, es una excelente forma de empezar un domingo fresquito pero soleado. Es la primera vez que el equipo azulgrana logra esa cifra en Segunda División. Así que al Alcoraz no le quedó más remedio que hacer la ola.


Una jornada tan redonda no perdonó una arista dolorosa, como es la lesión de David Bauzá. A falta de confirmar el diagnóstico, todo indica que se ha roto uno de los ligamentos cruzados de su rodilla derecha. Adiós a la temporada y consternación en el vestuario porque se trata de un futbolista admirado y querido.


Fue un encuentro de nombres propios, que en el caso de Tariq pide a gritos las mayúsculas. El ariete llegado hace un mes logró dos golazos de cabeza con los que dibujó la autopista hacia un triunfo colorista y de prestigio, que deja un sabor de boca estupendo y, sobre todo, la convicción de que este Huesca tiene cuajo suficiente para obtener la permanencia a final de temporada.


Tariq tiene cosas de Esnáider, lo cual se toma como un halago el interesado. No tiene su clase, huelga decirlo, pero sí la manera de proteger el balón, la forma de ganar la posición para el remate y, especialmente, esa mala leche de genio retorcido, esa agresividad no siempre bien medida que de momento está gestionando dentro de los cauces apropiados.


El punta azulgrana entró como un obús a cabecear un córner, aunque más mérito tuvo el segundo tanto, en el que tiró de abdominales para rematar a la escuadra un centro de Toni mientras forcejeaba con un central.


Fueron las mejores acciones de una primera mitad de enorme intensidad, fuerte ritmo y no poca precipitación, en la que también hubo un más que probable penalti a Camacho y una gran ocasión de Armenteros, que largó un zurdazo a bocajarro para que Andrés empezase a dar forma a su tremendo recital.


A los dos minutos de la reanudación llegó la lesión de Bauzá. Retirado en camilla, en la cara se adivinaba el dolor y la gravedad. La rodilla derecha perdió la estabilidad y sesgó un ligamento cruzado. A falta de conocer un diagnóstico oficial, el pronóstico no puede ser más negro. Entró Joaquín Sorribas al campo en lugar del alicantino.


A los jugadores del Rayo les debieron chivar la rajada de su presidenta en el descanso y, por aquello de la honrilla, le pusieron más interés si cabe. Armenteros y Piti pudieron batir a Andrés, pero este guardameta está dejando una impronta impecable día tras día. Osasuna lo ha renovado cuatro años y está para jugar en Primera mañana mismo.


El Rayo lo intentaba con un Piti hiper activo y otro enorme futbolista como Trejo dando mucho mal entre líneas. Pero el Huesca hace días que ha aprendido a defender muy junto, a bascular robotizado, a disfrutar de ese hermanamiento entre líneas que le hace recuperar muchos balones.


Así se fabricó la jugada del tercer gol, con un pase de Sorribas a Gilvan, que batió a Cobeño entrando por la derecha y chutando con la derecha, que en su caso es la menos buena. El brasileño llevaba tiempo sin oler puerta y dio rienda suelta a su repertorio lúdico gimnástico, con cabriolas y volteretas a tutiplén.


Acto seguido se produjo el penalti a Tariq, en una acción un tanto extraña en la que el delantero confesó después que pensaba que le iban a sacar amarilla por tirarse, como le ocurriera en Salamanca la semana pasada.


Como dicta la ley del recreo, aquel futbolista que es objeto de pena máxima tiene derecho a coger la pelota para chutar él sin que nadie se pueda acercar en dos metros a la redonda. Tariq quería el triplete. Pero Camacho, uno de los designados para estos lanzamientos, también consideró justo protagonizar la ejecución. No hubo mayor discusión y el aragonés lo lanzó con elegancia.


El golazo de Trejo vino ya fuera de tiempo y por mor de la relajación local. Tres puntos. Buen partido. Buen rival. Gran espectáculo. Triste lesión de Bauzá. Y el Huesca que pone tierra de por medio con el descenso, al que ahora mira con la paz que dan esos ocho puntos de distancia.