Empiezan hoy y los vecinos y comerciantes de la zona han solicitado al ayuntamiento y a la empresa adjudicataria que se cumplan los plazos. Las obras para reurbanizar la plaza de Lizana, una de las entradas al casco antiguo de Huesca, tendrán que estar acabadas a finales de abril, coincidiendo con la Semana Santa.

Los afectados por los trabajos se reunieron ayer con representantes municipales y responsables de la constructora para analizar la incidencia que las obras tendrán en la actividad diaria de la plaza, donde hay un hotel, dos hostales, un restaurante y varios establecimientos comerciales. El proyecto de mejora, con un presupuesto de unos 100.000 euros con cargo al programa europeo Urban, supone el soterramiento de los contenedores de basura, la desaparición de las bancadas de piedra existentes en el triángulo central y la colocación de bolardos para impedir el aparcamiento de coches. Domingo Malo, concejal de Urbanismo, explicó que «será una plaza diáfana porque así lo pedían los vecinos», que también han solicitado más iluminación.

Además de los plazos, los residentes y comerciantes expresaron su preocupación por el acceso a los garajes durante las obras. A este respecto, el concejal de Movilidad, José Manuel Ballarín, aseguró que «los vecinos tendrán las máximas facilidades para acceder a sus estacionamientos».

Por su parte, Susana Oliván, presidenta de la Asociación de Vecinos Osce Biella, expresó su contento por el inicio de las obras, pero manifestó su decepción porque estas «no se acometen de una forma global». «Pensamos que iba a ser una intervención completa, con renovación de infraestructuras, eliminación de barreras y la sustitución del pavimento de la plaza, que es moderno pero está muy deteriorado», apuntó Oliván.