TRAS EL JUICIO POR EL ATROPELLO

El acusado de la discoteca Manhattan, en libertad provisional

La Audiencia de Huesca firma la libertad provisional para Víctor Gómez, acusado por el atropello mortal en la puerta de la discoteca Manhattan en Huesca, que le costó la vida a dos personas y provocó heridas a ocho.

El acusado por el atropello en la Manhattan, a la izquierda, sale de la cárcel acompañado de un familiar
Libertad provisional para el acusado de la discoteca Manhattan
JOSÉ MIGUEL MARCO

La Audiencia de Huesca ha ordenado este viernes, al considerar que no existe riesgo de fuga, la puesta en libertad del joven enjuiciado esta semana por el atropello que provocó la muerte de dos personas y lesiones graves a otras ocho a las puertas de la discoteca Manhattan de la capital altoaragonesa.


Fuentes del entorno de la familia han informado que su madre y dos amigos le han recibido a su salida de la cárcel, en la que ha permanecido en condición de preventivo desde el 28 de julio de 2007, día en el que ocurrió el grave siniestro, en el que murieron dos personas y otras ocho resultaron heridas graves.


La decisión del tribunal se produce un día después de terminar el juicio contra Víctor Manuel Gómez Rivero, en prisión preventiva, en el Centro Penitenciario de Zuera desde hace tres años y medio, cuando este tipo de medidas tienen una duración de dos años. Sin embargo los jueces, según han informado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA) , solicitaron una prórroga de la prisión preventiva, para asegurar la presencia del acusado en el juicio.


Una vez celebrado el juicio, la prórroga ha caducado y por ley, la Audiencia Provincial de Huesca se ha visto obligada a decretar para Víctor Manuel Gómez Rivero libertad provisional, hasta que se dicte sentencia, que será aproximadamente en una semana.


El tribunal, que se ha reunido este viernes para deliberar su fallo, ordena al mismo tiempo al procesado a que se presente los días 1 y 15 de cada mes en la Audiencia oscense.


Confesión ante el juez


Según confesó ante el juez, aquella madrugada del 28 de julio de 2007, Víctor Manuel Rivero bebió media docena de cervezas, un tapón de tequila, dos cubalibres de wisky, fumó hachís y esnifó una raya de MDMA (éxtasis). Y aún así cogió el coche.


El acusado, que en sus declaraciones previas durante la instrucción había asegurado no recordar nada del accidente, afirmó ante el tribunal que seguía teniendo algunas "lagunas" de lo sucedido aquella noche. Pero "en la cárcel me he acordado de alguna cosa más", terminó reconociendo.


Víctor Gómez relató que primero estuvo de marcha en un pub de Huesca y después, junto a varios amigos, cogió el coche y se fue a la vecina localidad de Grañén para seguir la fiesta en dos peñas. De vuelta a Huesca, decidió ir con un amigo a la sala Manhattan . "Por si veíamos a alguien conocido", dijo. Tras girar la Ronda de la Industria, aceleró el coche aprovechando que a esa hora, las 6.30, no había tráfico. "Creí que no había peligro", indicó. Pero perdió el control y el vehículo salió despedido hacia la entrada de la discoteca.

Reacción de su abogado

El letrado de la defensa del acusado, Javier Notivoli, ha expresado su satisfacción por la libertad provisional para su defendido, aunque ha rechazado valorar si la sentencia se ajustará a su valoración de los hechos como una imprudencia temeraria y no como un delito doloso.


Notivoli ha incidido en la necesidad de esperar a la sentencia de tribunal antes de pronunciarse sobre cómo valorarán los magistrados los hechos, que, a su juicio, no fueron intencionados, sino atribuibles a una conducta de imprudencia grave con resultado de muerte y lesiones.


El fiscal y las acusaciones particulares, que piden más de 34 años de cárcel, defendieron en la vista que el procesado asumió un riesgo grave al conducir bajo los efectos del alcohol, a gran velocidad y siendo consciente de la presencia de gente junto a la discoteca, por lo que asumió las consecuencias funestas que se podían producir.

Preludio de una sentencia favorable

Fuentes judiciales consultadas han asegurado que la orden de excarcelación dictada por la Audiencia puede preludiar una sentencia de acuerdo con las tesis del letrado de la defensa, que no cuestionó la gravedad de los hechos sino la consideración jurídica de los mismos por las acusaciones.


No obstante, la defensa del acusado pidió en el juicio penas de cárcel para su cliente que suman 5,9 años de prisión, por dos delitos de homicidio por imprudencia y por las graves lesiones causadas a otras ocho personas, además de un delito contra la seguridad del tráfico.


El juicio terminó este jueves con tensión y algunos incidentes, el más grave de los cuales se produjo a la finalización de la vista al intentar un familiar de las víctimas agredir al acusado, que era custodiado por agentes de policía.