NARCOTRÁFICO

Solo dos de los 13 acusados admiten vender droga pero niegan que exista una red

El fiscal pide penas que suman 100 años de cárcel para los miembros de una supuesta trama de distribución de cocaína en Huesca que ayer se sentaron en el banquillo.

Alfonso N. C., en primer término, y su hermano John Jairo N. C. se encuentran en la cárcel de Zuera.
Solo dos de los 13 acusados admiten vender droga pero niegan que exista una red
R. G.

¿Qué entiende usted por 'zapatilla', por 'libro' o por 'tamales' (comida típica colombiana)? Estas fueron las preguntas que el fiscal formuló una y otra vez a cada uno de los doce miembros -hay un acusado más en rebeldía- de una supuesta red de familiares y amigos de nacionalidad colombiana dedicada al tráfico de cocaína en Huesca que se sentaron ayer en el banquillo en la Audiencia Provincial. El ministerio público pide penas que suman 100 años de cárcel y el pago de 150.000 euros por un presunto delito contra la salud pública. Solo dos admitieron haber vendido droga pero negaron su pertenencia a una red. El juicio se prolongará previsiblemente hasta el jueves.


Los implicados son dos hermanos que se encuentran en prisión, John Jairo y Alfonso N. C., su hermanastro H. D. C. y la madre de todos ellos A. L. C. M.. Además, también está acusada la ex mujer de Jairo, M. F. P., así como una pareja esporádica de este, M. C., y su amigo W. J.; la ex mujer del hermanastro, P. P., que prestaba su coche a Alfonso supuestamente para traer droga desde Madrid, el propietario de una vivienda en Martínez de Velasco, A. R. R., y la gerente de un bar de copas, J. M. B. C.. La citada M. C., a su vez compañera de piso de esta última, admitió que vendía cocaína. También declaró su hija, C. M. C. C., y una pareja de esta, J. J. T. M, ambos residentes en Toledo.


Esos términos de 'zapatilla' o 'libro', utilizados habitualmente por todos en sus conversaciones telefónicas y que las fuerzas de seguridad atribuyen a una jerga del tráfico de drogas, son los que llevaron a la policía judicial a descubrir esta supuesta red. Los abogados de la defensa solicitaron ayer al inicio de la vista la nulidad de las escuchas telefónicas, que se decidirá en la sentencia. No obstante, el fiscal confía en que se admitan porque son una parte fundamental de la investigación de una supuesta trama que operó desde 2007 hasta abril de 2008 cuando fueron todos detenidos. Según las investigaciones, Alfonso N. C., presuntamente traía la droga desde Madrid, donde regentaba un bar, y en Huesca se distribuía a través de su hermano Jairo y el resto de los acusados. Los dos hermanos cabecillas de la red fueron trasladados para declarar desde la cárcel de Zuera, donde cumplen prisión preventiva desde su detención. Alfonso N. C., cumple también una condena anterior por tráfico de drogas. Recibió una suspensión extraordinaria para rehabilitarse de su adicción a la cocaína, pero en ese tiempo fue detenido por esta causa. Por su parte, Jairo ya está condenado a 3,5 años por tráfico de drogas por un hecho en julio de 2007, por lo que el juez pide que se admita como cosa juzgada. Este último admitió ayer que vendía cocaína, entre 1 y 2 gramos cada vez, a varios de los acusados para costear su propio consumo. Solo él y M. C. admitieron que se dedicaban a la venta.