Un asombroso libro sobre el mundo de los insectos

La exposición 'La vida oculta del agua' se inauguró ayer, en la sala Francisco de Goya de la Uned en Barbastro. Antes de este acto, se organizó un taller que contó con la intervención de Antonio Guillén, Comisario de la Exposición, Premio Nacional de Fotografía Científica y Premio Giner de Los Ríos de Educación, dirigido a profesores de enseñanza Secundaria y tutores del centro de la UNED. Además, realizaron una visita guiada por la exposición, con observación in situ de muestras procedentes de diferentes entornos y toma de imágenes, en una pantalla grande en tiempo real. Con esta exposición se pretende exhibir, mediante diferentes técnicas de microfotografía, la inimaginable diversidad de diminutos organismos que habitan en el agua. La exposición permanecerá abierta hasta el 14 de diciembre en horario de 18.00 a 20.00 de lunes a viernes y los sábados de 19.00 a 21.00. La entrada es gratuita.Si miramos en la naturaleza con detalle al suelo podremos descubrir grandes cosas para lo que en verdad son pequeños animales. Nos referimos a los insectos. Tal vez no supiéramos antes que la luciérnaga es una aliada de los jardineros, que la oruga de la mariposa gitana es una campeona de la velocidad, o que en países como Japón a las libélulas -símbolo de ligereza y elegancia- se les considera portadoras de la felicidad. Todo esto, y mucho más sobre el desconocido mundo de los insectos está ahí fuera, en campo y en el monte, pero para saberlo de antemano es muy posible que haya que consultar libros magníficos como el que acaba de editar Larousse bajo el título de 'Pequeña colección de insectos'.

Este original volumen de gran formato, de tapas duras y 256 páginas, cuya autora es Sonia Dourlot, ha sido revisado en su edición española por el biólogo Juan Cervantes Vallejo, del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC), quien en el prólogo destaca la riqueza en diversidad biológica que atesora la península Ibérica dentro del contexto de Europa, siendo uno de los territorios con mayor riqueza de especies y endemismos. En la edición del libro, donde distintos científicos y naturalistas aficionados han demostrado gran capacidad de trabajo y dedicación, se destila el aroma de los antiguos tratados de zoología, con una presentación muy cuidada y textos rigurosos.

Pero si la información del libro es interesante, fiel y a la vez atractiva, mejor es aún la presentación de este volumen que gracias a su diseño y sus láminas fotográficas de asombrosa calidad llegan a convertir a 'Pequeña colección de insectos' en un regalo para la mirada de niños y adultos. Más de 330 fotos ilustran a doble página las principales fases de la vida de estos animalillos, expresivas fotografías de 114 especies que son descritas con un grado de detalle realmente excepcional, desde insectos -mariposas, libélulas, escarabajos, moscas?- a otros invertebrados como arañas, ciempiés y cochinillas. Todos ellos representados como nunca antes se había visto.

La autora, Sonia Dourlot, se lamenta en la introducción de que "la ignorancia sea la causa de muchos de los temores que sentimos hacia los insectos" y se pregunta "¿quién polinizaría nuestras flores para ofrecernos las frutas y las verduras indispensables para nuestra supervivencia?, ¿quién fertilizaría los suelos?, ¿quién limitaría la proliferación de ciertas plantas y qué comerían los pájaros?". El científico Juan Cervantes invita, a través de estas páginas, a observar las fotografías en todos sus detalles y a empaparse de las innumerables historias que se describen. El libro forma parte de la colección 'Para saber más', y sigue la estética y el sentido de aquel también extraordinario volumen llamado 'Herbario de las plantas silvestres' e igualmente confeccionado con láminas fotográficas de calidad asombrosa, y donde se describían 275 especies botánicas, sus utilidades y singularidades. "Los libros bien hechos enseguida encuentran lectores. Larousse Editorial presentó el año pasado 'El herbario de plantas silvestres', que está reimprimiéndose, y su aparición concitó el aplauso de libreros, medios especializados y miles de lectores. Ahora, con 'Pequeña colección de insectos', hemos querido seguir la misma línea", dice Eva Zamora, de Comunicación y Marketing de Larousse.

Por otra parte esta conocida editorial, en su pasión por los temas naturales, también acaba de publicar 'Los secretos de las plantas medicinales', una caja que contiene cien fichas y una miniguía de un centenar de páginas en las que se detallan los remedios caseros transmitidos por nuestras abuelas, con información sobre la utilidad de las plantas curativas. Encierra secretos y trucos sobre el poder curativo y balsámico de 70 plantas, y nos enseña a preparar infusiones, jarabes, etc.

LAS OBRAS del tipo "Cómo era la vida en?", han proliferado en poco tiempo. Algunas, como las firmadas por Manuel Gómez de Valenzuela, para solaz de los fieles al valle de Tena? Acaso uno de los libros de esta temática más madrugadores, sea 'La vie quotidienne dans les Pyrénées sous l'Ancien Régime, du XVI au XVIII siècle', de Jean-François Soulet. Aunque ceñido esencialmente a la vertiente septentrional, en su interior surte de informaciones que también atañen a la hispana? Quizás uno de los párrafos más conflictivos hoy de esta obra, se esconda en el capítulo alusivo a la vida 'en los campos'. De este modo abordará Soulet el papel que durante el Siglo de las Luces se adjudicaba a los animales silvestres: "Las variaciones climáticas no son los únicos enemigos del campesino pirenaico. Este deberá defenderse de las ratas, los lobos, los jabalíes y los osos que, en esta época, rondaban todavía cerca de las casas y saqueaban los jardines y campos circundantes". Como testimonio de este catálogo de daños infligidos por el género animal pirenaico, la carta que redactan en el siglo XVI los moradores del valle de la Pique: "Así, cuando sembramos, los jabalíes y los osos se comen la mayor parte del trigo y no podemos defendernos de ellos y cuando estamos en un extremo del campo, los jabalíes y los osos están en el otro. Así, no nos podemos alimentar con las aves de corral, ni con las ocas ni con los patos por causa de los lobos y los zorros que se los comen, así como de los gatos salvajes y de las comadrejas que se introducen incluso dentro de las viviendas(...)" "Contra esta naturaleza a menudo tan hostil, el pirenaico respondería con una paciencia infinita, con una sucesión de trabajos y con una solidaridad profunda con los demás miembros de la comunidad. Efectivamente: la montaña no conocía ese individualismo que, bajo el Antiguo Régimen, caracterizaba a numerosas regiones meridionales".