SOMONTANO

Caldereta, pan y vino para combatir el mal tiempo en la feria artesana de Naval

Los 44 puestos ofrecían quesos de Rodellar, aceite de Barbastro o membrillos de El Grado.

Uno de los puestos de la conocida cerámica de Naval.
Caldereta, pan y vino para combatir el mal tiempo en la feria artesana de Naval
JOSé LUIS PANO

Las inclemencias meteorológicas no pudieron ayer con la tradicional feria de de artesanía de Naval que diez años después de su recuperación se ha convertido en uno de los activos promocionales y turísticos de la población.

El día comenzó con lluvias y algunos de los 44 puestos que acudieron a esta cita ferial optaron por trasladarse al local social en previsión de una jornada lluviosa. Pero no fue así. La lluvia dio tregua y permitió el buen desarrollo de esta feria, eso sí en condiciones plenamente invernales. La habitual hoguera en el centro de la plaza Mayor sirvió para caldear el ambiente y permitir el desarrollo de compras y encuentros entre los vecinos del Somontano y otras comarcas vecinas, como ocurría antaño.

La feria aglutinó en torno a la plaza Mayor a vendedores llegados de varios rincones de Aragón y Cataluña, pero en especial pequeños artesanos de la agroalimentación del Somontano que veían una buena ocasión de promoción de sus productos: quesos de las Almunias de Rodellar, mebrillos y vinagres balsámicos de El Grado, vino y aceite de Barbastro, repostería y cerámica de Naval, miel, embutidos, jamones ? Además de la parte de agroalimentación, en la feria se dieron cita maestros artesanos de la madera, del textil, libros de viejo y antigüedades, juguetes, bisutería o complementos.

Para ambientar la feria, un grupo de animación ofreció varios espectáculos de calle, mientras que los Dulzaineros del Somontano pusieron la nota musical, y el alfarero David Echebarría ofrecía talleres de cerámica.

A primera hora, para combatir el frío, el puesto de Arnal servía un caldo para los asistentes, acompañado de jamón y vino. Pero el plato fuerte llegaría a la hora de comer, cuando las mujeres de la localidad sirvieron cientos de cuencos de cerámica autóctona con un guiso de caldereta, pan y vino que hizo las delicias de los asistentes. El tiempo permitió que la feria permaneciera hasta primeras horas de la tarde. Pilar Carruesco se mostraba satisfecha del desarrollo de la que será su última feria como alcaldesa del municipio.