El Seprona de la Guardia Civil investiga una mortandad de peces detectada hace varias semanas en el cauce del río Sotón, a su paso por el término municipal de La Sotonera. De momento, y a la espera de los resultados de más análisis, se sabe que en las aguas había una alta concentración de amoniaco.

Según informaron fuentes oficiales, el hallazgo se produjo el pasado 9 de septiembre. Fue un vecino el que alertó al Servicio de Protección de la Naturaleza de la existencia de casi un centenar de peces muertos en un tramo de unos 20 metros del Sotón, a su paso por Esquedas. Eran barbos y madrillas, todos ellos de tamaño "pequeño o mediano", que se encontraban en una zona que presentaba "un acusado estiaje".

En el momento en el que los agentes inspeccionaron el lugar, no apreciaron indicios de ningún vertido en el cauce, por lo que, tras levantar las actas correspondientes, tomaron muestras tanto del agua como de los animales muertos para tratar de determinar las causas de este episodio. Las primeras fueron enviadas para su análisis a la Confederación Hidrográfica del Ebro, que ya ha remitido los resultados a la Guardia Civil.

Según se desprende de los mismos, en las muestras examinadas se detectó una alta concentración de amoniaco, cuyo origen se desconoce, y los peces perecieron por falta de oxígeno en el agua.

No obstante, para intentar aclarar las causas concretas de la mortandad habrá que esperar todavía a conocer las analíticas de los ejemplares recogidos en el lugar de los hechos, los cuales fueron enviados a la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza, que todavía no ha remitido al Seprona el informe con sus conclusiones.

En todo caso, fuentes de la Guardia Civil aclararon que se trato de "un hecho puntual", ya que no se ha detectado ningún otro episodio de este tipo en la zona afectada.