ANSÓ

Récord de participantes en la celebración de los 40 años de la Fiesta del Traje

Un centenar de personas, entre niños, jóvenes y adultos, desfilaron ante miles de visitantes bajo un sol radiante.

Los vestidos de novios de iglesia durante la fiesta del Traje de Ansó, que abarrotó ayer la plaza de Domingo Miral de la población.
Récord de participantes en la celebración de los 40 años de la Fiesta del Traje
JAVIER BLASCO

El pequeño Juan, de cinco meses, fue uno de los primeros en salir al escenario, ataviado con faldón blanco con motivos rojos y con un gorro lleno de puntillas y lazos. Y, sin ser consciente, se convirtió en parte de la historia del pueblo de su familia, Ansó, donde ayer celebraron un año más, y ya van 40, la Fiesta del Traje. Ante más de 2.000 personas, sobre todo visitantes, los orgullosos modelos desfilaron por las tablas de la plaza de Domingo Miral de la localidad bajo un sol radiante. Compartieron protagonismo con el traje un centenar de niños, jóvenes y adultos, un número mayor que en otras ediciones.

"El bautizo se hacía lo antes posible, incluso el día después de nacer, para protegerlos", decía desde uno de los balcones del Ayuntamiento Elena Gusano, la encargada de explicar detalle por detalle las 15 vestimentas diferentes, junto al periodista con raíces ansotanas Javier Gastón.

El gorro del curioso 'periquillo', con el que se confirmaba a los pequeños de 3 o 4 años, no dejó indiferente a nadie, ni siquiera a los propios modelos, que se esforzaban porque la pieza roja en forma de cono se mantuviera sobre la cabeza. Mientras que las niñas vestidas de comunión lucían por última vez este traje colorado, antes de pasarse al verde, el de las mujeres, y el rapatán, un pequeño ansotano, mostraba orgulloso su alforja y acompañaba al pastor ataviado con chaleco de piel.

Un vestido de 40 kilos

Una tras otra fueron saliendo las joyas de Ansó, que suelen estar guardadas en un ropero municipal en el que un grupo de mujeres restaura, lava, plancha y cuida este patrimonio que ha pasado de padres a hijos. Pero el tesoro de la corona (los dos trajes de saya, el de madrina y el de novia) llegó al final del desfile, acompañado por el murmullo del público al escuchar por la megafonía que las dos mujeres, Teresa y Nuria, llevaban encima casi 40 kilos.

Con ellos, y acompañadas por la comitiva, se desplazaron hasta la iglesia, donde se celebró una misa, tras la que pasearon por las cuidadas calles empedradas de esta población de la Jacetania. "Me hacía ilusión vestirme, y la verdad es que me ha gustado mucho la experiencia", decía Nuria, una zaragozana afincada en Ansó, que era la primera vez que se vestía. No era el caso de Lourdes Susín, una ansotana ataviada con traje de trabajo que no ha faltado a la cita del último domingo de agosto desde hace 20 años. "Me siento muy orgullosa del traje, y me animé a vestirme cuando decidimos montar un rincón", indicó.

Susín había pasado toda la mañana en uno de los cuadros escenificados por los propios vecinos que, salpicados por la población, resaltaban todavía más la arquitectura montañesa, ahora convertida en un improvisado dormitorio, una cocina o un tocador femenino. Unas escenas que hacían las delicias de los visitantes venidos de Aragón y de las comunidades vecinas, y que fueron agasajados con unas migas de bienvenida.

Conocer el pasado

Y con la Fiesta del Traje se cumplió la premisa de la diputada del PSOE por la provincia de Huesca, Marta Gastón, quien, poco antes de comenzar el desfile afirmó desde el balcón del Consistorio que "los jóvenes tienen que saber el pasado para conocer el futuro". Gastón, con un vestido de fiesta ansotano, aprovechó para refrendar su apoyo al Museo del Traje, que se abrirá, dijo, en pocos meses. Asimismo, anunció que colaborará para que se acepte la petición hecha al Gobierno de España para que sea declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Un asunto en el que trabaja el alcalde, Félix Ipas: "Queremos que esto lo conozcan todos los españoles, y vamos a luchar por ello en un viaje largo y complejo". Ipas llevaba un año más su traje exclusivo, aquel que le diferencia del resto por su cargo. "Le distingue la capa y el bastón de mando, y servía para que la gente distinguiera al alcalde sin tener que preguntar", explicó el primer edil, quien salió de la plaza acompañado por la consejera de Servicios Sociales y Familia, Ana Fernández, y a través del pasillo de aplausos y piropos que los visitantes habían preparado para homenajear al traje ansotano.