SD HUESCA

La lección de supervivencia de todos los veranos

El club azulgrana debe superar las bajas de Doblas o Dorado, como ya sucedió en el pasado con las salidas de Rubén, Roberto, Camacho o Rico.

Los futbolistas Robert, a la izquierda, y Carlos de la Vega están pendientes de si su futuro sigue siendo azulgrana.
La lección de supervivencia de todos los veranos
JAVIER BLASCO

La implacable lógica del mercado obliga a la Sociedad Deportiva Huesca a aferrarse a una abnegada lucha por la supervivencia todos los veranos. En las últimas temporadas se ha repetido la situación: piezas imprescindibles y codiciadas dejan el club y este ha de ponerse en alerta para cubrir ese hueco con futbolistas de garantías. El último ejemplo es el de Chechu Dorado, sostén de la defensa durante tres campañas, que ha escuchado los cantos de sirena del todopoderoso Betis. Los azulgrana ya trabajan para hallar recambio. Y con el adiós de los porteros Toni Doblas y Miguel se ha encontrado consuelo en Cabrero -Albacete- y Andrés Fernández -cedido por Osasuna-.

Se pueden encontrar varios porqués al hecho de que el Huesca deba reforzar todas sus líneas en los meses de estío. Ante todo, las inevitables listas de bajas, bien porque se descarta futbolistas, porque estos terminan sus periodos de cesión o, sencillamente, porque optan por continuar sus carreras lejos del Alcoraz. Ya sea debido a que tienen la posibilidad de medrar en conjuntos con más posibilidades, por poner un ejemplo, económicas, o consideran finiquitado su ciclo vestidos de azulgrana.

De los 24 jugadores que concluyeron la pasada campaña, se ha renovado a nueve. Se trata del defensa Corona y los centrocampistas Sorribas, Helguera, Sastre, Camacho, Mikel Rico, Víctor Pérez, Gallardo y Gilvan. Resta por resolverse el futuro de Carlos de la Vega y Robert, los nombres con los que la parcela deportiva del Huesca estaría dispuesta a contar. Además, Larrosa se encuentra recuperándose de su grave y larga lesión. De momento, han llegado seis fichajes (Cabrero, Andrés, Bauzá, Jokin, Vega y Galán) más un futbolista a prueba, el central serbio Lukic. Así, se han de fortalecer la zaga y la delantera, de la que no han seguido ni Moisés, ni Rubiato, ni Rodrigo.

El eslabón más débil de la cadena, ese ataque cuya fragilidad puso en solfa la permanencia en Segunda, es la principal merma que debe corregir el club este verano. Y, a la vez, la defensa, una de las más seguras de la categoría de plata, ha perdido a dos d esus nombres clave, Dorado y Doblas. Mientras, el centro del campo aparece muy bien armado con la base de los últimos meses. La experiencia ha enseñado que el club es capaz de sortear estos peligros con más o menos fortuna. Sin ir más lejos, el pasado verano fueron once las piezas que se mantuvieron en el plantel respecto al del estreno en Segunda. Y faltaban sus dos máximos goleadores, Rubén Castro y Roberto, además del meta Eduardo Navarro.

Una de las frases recurrentes, y no por ello menos cierta, que emplea la directiva en estas fechas es aquella de "jugaremos con portero, defensas, medios y delanteros". A la espera de los descartes de Primera y de que se acceda definitivamente a más de un nombre de tronío -como el de Marcos Márquez, uno de los grandes goleadores de Segunda en los últimos tiempos-, no quiere repetirse uno de los fracasos de la pasada temporada. Esa planificación veraniega que se tuvo que corregir en los meses siguientes con las llegadas de Doblas, Gallardo o Gilvan y las salidas de Reinaldo, Mustafá, Dani Hernández o Jonay.

El Huesca tiene mercado, contactos, hace cuentas y le salen para cerrar un proyecto ilusionante. Que sin hacer ruido, evite los apuros del último ejercicio con Onésimo Sánchez al frente. Y la despedida de un Dorado con el que se contaba recuerda a otras plantillas que hubo que remedar, en varias ocasiones, con sustitutos que mejoraron a los ausentes. Tras la campaña 2006/07, la del "play off" con el Córdoba, se podía añorar a Camacho, Falcón, Valdés o Javi Suárez... Al año siguiente, ascenso en Écija. De ese bloque campeón se lloró a Mikel Rico, quien regresaría después. Y sin Rubén ni Roberto, el Huesca se armó atrás y salvó los muebles.