PROTESTAS

La manifestación contra la reforma laboral reúne a 300 personas en Huesca

Los sindicatos esperaban mayor participación, pero no renuncian a la movilización general.

Participantes en la manifestación, a la altura del Coso Bajo.
La manifestación contra la reforma laboral reúne a 300 personas en Huesca
RAFAEL GOBANTES

Los sindicatos esperaban más participación. Las terrazas de los bares a lo largo del recorrido estaban llenas y el grueso de la manifestación apenas sumaba 300 personas clamando contra la reforma laboral y por los derechos de los trabajadores.


La marcha convocada ayer por UGT y CC. OO. en Huesca, simultánea a las de las otras capitales de provincia españolas, partió a las ocho de la tarde de la plaza de Navarra para dirigirse a la de Cervantes, donde los secretarios provinciales de ambos sindicatos leyeron sendos manifiestos.


Entre los asistentes, sobre todo delegados sindicales y trabajadores o ex trabajadores de empresas y centros en crisis y con conflictos laborales, como Luna Equipos Industriales o el Centro de Digitalización de Documentos de la Seguridad Social. Mayoritariamente las banderas correspondían a UGT y Comisiones, pero no faltaban tampoco las del Sindicato Unificado de la Policía.


Grupos de inmigrantes se sumaron a la marcha, como varios mauritanos, antiguos trabajadores de Mildred, a los que ya se les ha acabado el desempleo. "Cada vez la situación está peor. Decían que el 2009 sería mejor que el 2008, y lo mismo en 2010, pero no es verdad", comentaban.


"Estoy aquí para protestar contra la política económica del Gobierno de España, y de todos los gobiernos del mundo. Hay una ofensiva contra los derechos de los trabajadores aprovechando la crisis", decía indignado Juan para explicar su presencia en la manifestación, donde se pudieron escuchar gritos contra Zapatero.


José Gabarre, responsable provincial de Comisiones Obreras, criticó la gestión del gobierno. "Ya hay que pedir que se marchen, porque no podemos permitir que no hayan dejado ninguna puerta abierta al diálogo". Fernando Gállego, de UGT, admitía que "esperaba más gente", pero aseguró que la escasa participación no sirve para medir el descontento general de la clase trabajadora. Ambos figuraban a la cabeza de la manifestación portando una pancarta en la que se podía leer: "Así no", en referencia a la reforma laboral, y "huelga general, yo voy".


En el manifiesto que leyó Gállego al concluir la manifestación, en la plaza de Cervantes, expresó la necesidad de una movilización general, de que el conjunto de los sindicatos europeos "nos blindemos ante este ataque sin precedentes" y recordó que el 29 de septiembre sera un día de lucha en toda Europa. La reforma laboral, añadió, va a aumentar la temporalidad y va a destruir empleo en lugar de crearlo, facilitando y abaratando el despido.