MIKEL RICO

"Puede ser un día muy bonito"

Uno de los puntales del equipo azulgrana espera, como el resto de sus compañeros, el apoyo de los aficionados en Balaídos, ya que "salvar la categoría es como ascender". Se marca como único afán en Vigo la victoria; cualquier otro signo, "nos puede mandar al pozo".

Mikel Rico, a la derecha, se sube a la piña que formaron sus compañeros para celebrar el gol de Luis Helguera al Cádiz.
"Puede ser un día muy bonito"
JAVIER BLASCO

De Mikel Rico siempre hay que esperar algo. Nunca, la molicie. Desde el campo, cuando se descuelga desde el lateral o ensaya el regate en busca de soluciones, o en las salas de prensa, donde sus palabras sortean las patadas de lo banal. "La plantilla tiene ganas de acabar bien la temporada", fue la única de sus afirmaciones que pudo pecar de obvia. Después, lanzó sus pareceres sobre el partido de Vigo y la posibilidad de permanencia sin que sus pareceres resultasen forzados. Con naturalidad, como si controlara la bola. Rotundo, al nivel de una brillante campaña.


"Salvar la categoría es como ascender, puesto que si se baja a Segunda B, luego cuesta mucho regresar", mantiene el vizcaíno, que sabe lo que es armarse de plata con Huesca y Poli Ejido y, de nuevo en bronce con estos dos conjuntos más el Conquense. También sabe de ambientes: "Lo del otro día fue mucho mejor que Gavá o Écija. Fue espectacular, la ciudad sabía lo que el equipo se estaba jugando y estuvo en todo momento a su lado. Pudimos sacar la victoria, que fue fundamental porque si no se nos habrían complicado las cosas".


La urgencia del triunfo con el Cádiz dejó paso, también en el vasco, a una euforia quizá excesiva, como reconocía. "El otro día nos quitamos la tensión de remontar el partido con uno menos, y el equipo tenía ganas de darse una alegría. Al final nos excedimos un poquito, pero fue más que nada la euforia. No hay nada hecho y sabemos lo que nos estamos jugando. El otro día se celebró una victoria sin la que casi estaríamos en Segunda B". Queda claro que, en Balaídos, "hay que ganar y salvarse. El empate nos obligaría a mirar otros campos y la victoria nos da la salvación segura".


La de mañana será una jornada de cuentas y Mikel supone que "el Celta estará motivado, lo que suele ocurrir en los finales de temporada. Querrán ganar el partido ante su gente, pero se tiene que notar quién es el que se está jugando algo. Todos los que están en descenso pensarán que si vencen va a fallar alguno de los de arriba". Es más, el Huesca sabe que ganando se evita cualquier cábala "Cada uno mira para sí, y tenemos que pensar que si empatamos y todos se imponen nos vamos al pozo". Así de crudo. Habrá que evitar esa opción...


Por todo esto, Rico advierte de que "no vamos a ganar 0-4. No lo hemos hecho en todo el año y no lo vamos a hacer ahora. Será a cara de perro y a vida o muerte". De nuevo, entra aquí en juego el factor de los aficionados. El azulgrana desea una presencia masiva de la Marea; si no puede ser, el pasado domingo es la prueba de que la grada está con el Huesca. "A los aficionados les digo que vayan. Todos sabemos que es un esfuerzo económico, un dinero importante. Para el que es de Huesca y del Huesca puede ser un día muy bonito, para disfrutar todos. Aparte de conseguirlo, nos gustaría disfrutarlo con 100, 200 o los seguidores que haya allí, como el día de Écija", terminó.