URBANISMO

La urbanización del solar de Alvisa, donde se construirá un hotel, estará lista dentro un año

Praínsa creará un polígono industrial y comercial en el entorno del cerro de las Mártires, que será zona verde.

Recreación del desarrollo urbanístico del solar de Alvisa.
La urbanización del solar de Alvisa, donde se construirá un hotel, estará lista dentro un año
HERALDO

Las naves de la antigua fábrica Alvisa, en el polígono Monzú, ya han desaparecido del paisaje urbano de Huesca. Las máquinas han demolido las edificaciones que durante décadas, desde 1951, se destinaron a la construcción de estructuras de hormigón. Las instalaciones se cerraron hace seis años y Praínsa, actual propietaria de los terrenos, prevé que dentro de un años esté acabada la urbanización del solar, que tendrá un coste de siete millones de euros. En los 80.000 metros cuadrados de suelo se contempla la construcción de un polígono de industria 'limpia' (25.000 metros) así como de un hotel y de una zona destinada a oficinas y servicios.

Gonzalo Prado, director comercial de Indos 21, que gestiona el patrimonio de Praínsa, explicó que los planes de la firma pasan por encontrar a las empresas que quieran instalarse en el nuevo polígono tales como operadores hoteleros, comerciales y de medianas superficies. Según dijo, en la parte que mira a la ronda de la Industria se ubicará la parte comercial mientras que el hotel estará más cerca del paseo de Lucas Mallada, al este del cerro de la Mártires. Prado indicó que ya se han entablado negociaciones con diferentes operadores y firmas, pero no hay nada cerrado porque "los departamentos de expansión de las empresas están en tiempos de crisis".

Dos años de negociación

El derribo de las naves de Alvisa, cuya actividad se trasladó a la plantas de Monzón y Zuera, empezó hace unas semanas, dos años después de que el Ayuntamiento y Praínsa incoaran las negociaciones para concretar el desarrollo de este suelo, calificado como iniciaran en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Fue necesaria su modificación para combinar dicho uso con el hotelero y el polivalente. Así, el espacio destinado a industria ocupará el 44% de la superficie, el terciario el 34% y el hotelero, el 7,5%. Además se reserva un espacio para viviendas de universitarios.

El hecho de posibilitar la edificación de pisos en el polígono fue uno de los aspectos más controvertidos de la modificación del PGOU. En este sentido, el alcalde y responsable del área de Urbanismo, Fernando Elboj, dejó claro que aunque algunas parcelas de la zona han sido calificadas como de uso residencial, en ningún caso se permitirá construir viviendas, ya sean libres o protegidas.

El alcalde recordó ayer que además de la actuación de Praínsa en esta área se llevarán a cabo otras dos importantes transformaciones urbanísticas. Cerca del nuevo polígono se ubica la parcela de más de 7.000 metros cuadrados que el ayuntamiento ha puesto a disposición a la Universidad de Zaragoza para que esta construya equipamientos, destinados, en principio, a los estudios de Odontología. Junto a éste, el Ayuntamiento dispone de otro solar que, en su momento, también podría ser para que la institución académica implante nuevos estudios y se configure aquí el campus biosanitario. Elboj señaló que desde el ayuntamiento se pedirá la Universidad que dé a conocer a los responsables municipales su proyecto para la zona.

Junto a los espacios universitarios y rodeando la colina de las Mártires estará una gran zona verde que suma el terreno que Praínsa, por ley, cede a la ciudad y el que dejará libre el viejo cementerio cuando se hayan trasladados todas las sepulturas existentes. Con ambas parcelas se creará un gran parque que tendrá forma oval y que cambiará radicalmente la imagen de la zona.

El alcalde destacó la importancia de la recuperación de esta loma, en cuyas faldas había, hace unos 50 años, casas excavadas en la roca arenisca. Estos habitáculos estaban ocupados por familias humildes. De hecho, el cerro no ha perdido este carácter, ya que desde también varias décadas en la cuesta de acceso a la ermita, viven varias familias gitanas.

El ayuntamiento prepara el realojo de estas personas, que deben salir de su emplazamiento para permitir que la reurbanización se lleve a cabo. Los vecinos de la cuesta se reubicarán en una terreno situado más al norte, también junto al polígono Monzú, como paso previo a la erradicación del chabolismo y a la localización de estas familias en viviendas normalizadas. La finca, en la que hay una casa de planta baja y varios cobertizos, ha costado 420.000 euros a las arcas municipales.

Según el calendario fijado, el proceso de reubicación de las 24 personas que viven en la cuesta de las Mártires puede prolongarse de unos 12 a 14 meses. Ese es el plazo que Praínsa baraja para que terminar la urbanización de los terrenos y empezar su venta.