Más cerca de la meta

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huesca. Una jornada menos y la misma distancia. Quedan siete partidos para terminar la Liga y el Huesca tiene un colchón de cinco puntos sobre el descenso. Cuatro más el golaverage para ser exactos. A pesar de la derrota ante el Cartagena, los resultados de varios de los equipos de abajo permiten seguir respirando con cierta tranquilidad, aunque los deberes no estén concluidos.

Es imposible saber a estas alturas los puntos que harán falta para asegurar la permanencia, pero todo hace indicar que no será necesario alcanzar los 50. Posiblemente sea suficiente con 48. El Huesca tiene 42 en la actualidad, por lo que precisa conseguir al menos seis de los 21 que restan por disputarse. La forma de lograrlos es lo de menos: dos triunfos, una victoria y tres empates, seis tablas? el caso es perseverar en la carrera de fondo y más ahora que se empieza a ver la meta al otro lado de la esquina.

El equipo azulgrana tiene varios argumentos a su favor, aunque el principal es que no muestra indicios de que vaya a desinflarse a última hora, después de una trayectoria bastante regular desde su reacción en la jornada trece. Su ritmo de puntuación a partir de entonces invita a la esperanza.

No es habitual que el conjunto de Antonio Calderón enlace dos derrotas, una circunstancia que solo ha ocurrido en dos ocasiones: la primera, al principio de temporada cuando se perdió con el Nastic en casa y seguido en San Sebastián; y la segunda, con las visitas consecutivas a Gerona y Soria en la segunda vuelta. Encadenar tres duelos perdidos no ha sucedido nunca. Tampoco recibir más de dos goles en un partido.

Haber caído en los dos últimos choques en casa (Recreativo y Cartagena) tampoco es un dato muy relevante porque se compensa con la eficacia lejos del Alcoraz. De hecho, a lo largo de una temporada tan larga, el cuadro oscense ha alternado rachas de mayor y menor acierto en su calidad de local y visitante.

A Salamanca, Murcia y Albacete les va a costar recuperar los puntos de diferencia que les lleva el Huesca, siempre que el equipo azulgrana no ceje en su labor de seguir engordando el casillero con la misma dinámica esforzada. El calendario que le queda tiene perfiles variopintos y se inicia con la visita al Rayo Vallecano. Luego viene el Real Unión de Irún, después se viaja al campo del Castellón, llega el Real Betis, toca desplazarse a Villarreal, hay que recibir al Cádiz y finaliza la Liga en Vigo ante el Celta.

Por increíble que parezca, a Vallecas se viaja con el Rayo igualado a puntos en la tabla con el Huesca. Quién lo habría imaginado al principio del campeonato viendo los presupuestos y comparando los recursos. El resto de rivales afrontarán los encuentros con mayor o menor tensión en función de su posición en ese preciso momento, su cercanía al objetivo o consumación del mismo y, por qué no admitirlo, las posibles motivaciones extras que les vengan de terceros implicados.

El Huesca mantiene un colchón importante a falta de siete jornadas para el final de Liga