MONTAÑA

22 cordadas atacaron Riglos

12 horas de escalada La pareja formada por Arcaiz Yurrutia y Mikel Ajuria ganan la segunda edición de un torneo que abre la Copa de España de la especialidad. Las siguientes citas serán en peñón de Ifach (Alicante) y Terrades (Gerona).

Lorenzo Ortas, en la zona de las Eras de Riglos.
22 cordadas atacaron Riglos
ÁLVARO CALVO

La cordada vasca formada por Arcaiz Yurrita y Mikel Ajuria, que consiguieron escalar seis vías en la Visera acumulando un total de 1.620 metros, fueron los ganadores el pasado sábado de la segunda edición del Rally 12 horas Peñas de Riglos. En segundo lugar quedó Dani Fuertes, ganador de la pasada edición, que este año formó cordada con Pablo Ochoa, y en tercer lugar y por un estrecho margen, el equipo de la Guardia Civil formado por Chiro Sánchez y Óscar Cacho.

El toque de las campanas de la iglesia de Riglos, doce horas después del comienzo del Rally, marcó el final de una competición que a algunos pilló terminando las últimas escaladas.

Peña Guara cogió el pasado año el gustillo por organizar este tipo de prueba que tiene en Alicante, en el peñón de Ifach, el origen de una competición donde se mezcla fortaleza y aguante. Alicante, la localidad gerundense de Terrades y Riglos conforman la Copa de España de esta especialidad. El pueblo altoaragonés ha marcado el pistoletazo de salida de este torneo.

Riglos es una zona muy valorada por los escaladores; por su dificultad y por la meteo. Pese a que pueda salir un día desapacible, la roca es de una presa muy gorda por lo que los escaladores lo agradecen cuando hay tanto esfuerzo muscular. Los organizadores facilitaron el seguimiento de la prueba a través de tres puntos distribuidos en la base de los mallos.

Veintidós cordadas con un total de 44 escaladores tomaron parte de la competición. Cada vía de escalada tenía una puntuación en función de su dificultad. La suma dio el ganador. Manolo Bara, presidente de Peña Guara, explicó que "si bien es una competición, tampoco queremos que se quede en esto. La verdad es que se trata de una fiesta de la escalada. Es lo que hemos dicho cuando esta mañana (por la del sábado) dimos la salida; que sobre todo disfruten de la jornada".

Riglos sigue siendo una referencia para el mundo de la escalada. La pequeña y coqueta población es un trasiego constante de escaladores que desafían las paredes. Y aunque pueda parecer lo contrario, aún quedan vías por abrir, desde que el Pisón se hollara por primera vez en 1946 por Peiré, Panyella y Murgía. "La verdad es que quedan vías por hacer, y la prueba es que desde aquí (desde el refugio) estamos controlando a un equipo que no tiene que ver nada con la competición y que está forzando la apertura de una nueva vía", explica Manolo Bara.

La prueba disputada el sábado tenía un carácter nacional y en relación a la del pasado año faltaron dos cordadas potentes, "pero insisto en lo mismo; queremos que los escaladores vengan a convivir y que si alguien considera que no está preparado para 'pelear' con las cordadas más potentes no vengan. Cada uno que venga con su nivel y disfrute".

La presencia de Peña Guara en la pared estuvo en la cordada de Ignacio Cinto y Cándido Puyal, y del resto de la aragoneses destacó Fuertes y Ochoa.

Por lo que respecta a la celebración de la prueba en sí, las cordadas se concentraron el viernes en el refugio de Riglos y el sábado, muy temprano, a las siete de la mañana, se reunieron los participantes y jueces de la competición en la Era de Riglos para realizar el sorteo que daba a las cordadas el derecho para elegir la primera vía a escalar. Allí ya se pudo ver qué intenciones llevaba cada cordada. Muchos comenzaron por las más largas y difíciles que, naturalmente, son las que más puntos daban y que con el fresco de la mañana y las fuerzas intactas eran más fáciles de digerir.

Las cordadas corrieron literalmente por los desplomes y las panzas de la Visera, del Pisón o del Firé pulverizando los tiempos que habitualmente cuesta escalar cualquiera de estas vías. Valga sólo como ejemplo que la primera cordada en completar una vía, la Mosquitos a la Visera, tardó menos de una hora, por no nombrar a la primera que escaló la Popeye, también en la Visera y que es la de más dificultad de las seleccionadas para este Rally, que tardaron poco más de dos horas.

El tiempo que estaba pronosticado con temperaturas en ascenso y algún pequeño chaparrón, se mantuvo estable y solo un viento molesto y fresco sopló a partir del mediodía haciendo desapacible la labor de los organizadores pero no impidiendo para nada el desarrollo del Rally. En la pared se notó menos, y la lluvioa no les habría hecho mella.

El final de la fiesta tuvo lugar en el refugio de Riglos con una cena presidida por Joan Garrigos, presidente de la Federación Española de Montañismo, y en la que se entregaron los premios y recuerdos de esta segunda edición del Rally 12 Horas de Escalada de Riglos