HUESCA

Pequeños lujos encerrados bajo llave

HA
Pequeños lujos encerrados bajo llave
El palacio termal ofrece distintos tratamientos y circuitos de aguas. Consta de 6 piscinas, de las cuales dos de ellas son exteriores.

Fue en su época de esplendor uno de los balnearios más prestigiosos de España. Su arquitectura, su estética y su porte de lujo lo convirtieron en un lugar idóneo para el descanso y el reparo de la salud. Pero tras una época dorada, hoy cerrará sus puertas por primera vez desde que el grupo Nozar se hiciera cargo de su gestión y rehabilitación en el año 2000. La sombra de la crisis no pasa desapercibida para nadie y el Resort de Panticosa la ha sufrido muy especialmente.

 

Un complejo de turismo y ocio de calidad, pero no elitista. Esa era la propuesta de su propietario y promotor, Luis Nozaleda, cuando en 1999 presentó un proyecto que se ha ido desvaneciendo poco a poco. Los signos de decadencia comenzaron a aparecer hace unos meses, cuando se paralizaron las obras de edificios como el Centro de Alto Rendimiento para Deportistas o el aparcamiento, situado a la entrada del complejo. En estos momentos no se sabe cuándo ni qué se va a hacer con ellas.

Y esto no es lo peor. El futuro del balneario está en el aire y aunque se pretende reabrir el 1 de diciembre, nada es seguro ahora mismo. Aunque ya se anunció que el resort de lujo cerraría sus puertas el 20 de septiembre, sus trabajadores no saben qué va a pasar con su futuro, porque nadie aclara nada. Por ello, mientras no haya novedades, el lunes acudirán con normalidad a su puesto. Las luces de los establecimientos de hostelería ya estarán apagadas y todo debidamente cerrado, aunque esto no conseguirá eclipsar la belleza de este entorno.

Habitaciones exclusivas

Todos los servicios de lujo que ofrece el complejo van a quedar en la oscuridad. Las joyas que encierra son muchas, porque si desde fuera el entorno es envidiable, el interior de las instalaciones no se queda atrás. El primer gran edificio que se ve al llegar al balneario es el Gran Hotel, de cinco estrellas, rehabilitado por el arquitecto Rafael Moneo.

 

En cada una de sus exclusivas 42 habitaciones llama la atención el contraste entre la sofisticación y la modernidad de su decoración. Cuentan con todo tipo de detalles, desde la carta de almohadas, hasta las obras de arte originales que decoran sus paredes. El bar inglés, la sala de lectura o la de billar son espacios pensados para detener el tiempo. Además tiene un spa termal exclusivo para sus clientes.

 

Muchas comodidades que ahora mismo no se pueden disfrutar, ya que el Gran Hotel lleva cerrado al público desde noviembre por falta de demanda. El único establecimiento hotelero abierto al público -hasta hoy- es el Hotel Continental, de cuatro estrellas. Sus instalaciones se comunican mediante pasarelas de cristal con las Termas de Tiberio y con otras dependencias donde se ubican salones y comedores para distintos acontecimientos. Llama la atención por la combinación en su fachada de madera de cedro y unas enormes cristaleras. También fue diseñado por Rafael Moneo. Las habitaciones cuentan igualmente con todo tipo de comodidades, desde conexión a Internet hasta televisión de plasma.

 

Las 'suites' cuentan con un salón y el dormitorio. Y las vistas son envidiables. Además el hotel dispone de salón de juegos, ordenadores conectados a Internet, cafetería y un hermoso comedor, con vistas al exterior, donde los clientes pueden degustar menús selectos.

Seis piscinas y baños turcos

Al lado del Continental se encuentran las Termas de Tiberio, que ofrecen distintos tratamientos reforzados por las propiedades del agua termal de Panticosa. Consta de un circuito de aguas, con seis piscinas, de las cuales dos son exteriores. Hay una zona para niños, un 'hammam' (baño árabe), sauna finlandesa, duchas de contrastes, ducha nebulizada, un iglú, baño turco y zonas de relax. Y en la última planta, un completo gimnasio con vistas al exterior.

 

Y no hay que olvidar el edificio del casino, que además de albergar la sala de juegos, cuenta con un teatro donde en sus tiempos de esplendor se organizaban espectáculos; así como distintas salas de reuniones.

 

En el camino se han quedado el centro de alto rendimiento -un hotel con 22 habitaciones para deportistas-, un aparcamiento para visitantes con capacidad para 650 turismos y 15 autobuses y el apartotel. El proyecto también incluía un centro de ocio, pero éste ni siquiera se ha comenzado.