HUESCA

Las denuncias por menudeo de drogas en la capital descendieron casi a la mitad en 2008

En la provincia, la Guardia Civil detecta más consumo de cocaína, hachís y marihuana en el entorno de discotecas.

Agentes de la Policía Nacional y Local, durante un control conjunto de drogas y alcohol en Huesca.
Las denuncias por menudeo de drogas en la capital descendieron casi a la mitad en 2008
JAVIER BLASCO

La Policía Nacional y la Guardia Civil siguen estrechando la vigilancia para desactivar los puntos de venta de drogas en la zonas de ocio de la provincia de Huesca. Tres años después de que la Subdelegación del Gobierno activara un plan especial contra el consumo y tráfico de sustancias estupefacientes en estos lugares, el balance es más que satisfactorio para ambos Cuerpos.


En el caso de la Policía Nacional, los datos muestran un brusco descenso en el número de denuncias, especialmente a partir del pasado mes de mayo. En 2006 realizaron poco más de 350, en 2007 superaron las 400 y en 2008 rondaron las 200 "y eso que no se ha bajado la guardia ya que hemos mantenido el mismo número de efectivos destinados a este plan y los mismos puntos de riesgo", aseguran fuentes de la comisaría oscense, que achacan el incremento de denuncias de 2007 a la organización de más actos festivos multitudinarios en la ciudad.


Los controles se realizan mediante patrullas fijas, en colaboración con la Policía Local, los días y en las franjas horarias de mayor afluencia a las zonas de marcha, especialmente en el Tubo, aunque no descuidan el entorno del Casco Histórico y de los establecimientos de los polígonos. A ellos se unen las operaciones especiales que se activan con ocasión de grandes conciertos o festejos.

Dinero para seguir consumiendo


En estos tres años, las drogas más incautadas han sido hachís, cocaína y marihuana, por este orden. En cuanto al perfil de los traficantes, "son personas que venden a pequeña escala y que destinan los beneficios a seguir comprando droga para su propio consumo".


Por su parte, desde la Policía Judicial de la Guardia Civil afirman que en estos tres años han detectado "más consumo que tráfico" en el entorno de las zonas de ocio de la provincia, especialmente de las discotecas de Almudévar (ya clausurada), Fraga o Altorricón, "aunque suelen ser pocas cantidades porque las destinan a su propio consumo o como mucho para compartirlas con otros amigos, no para traficar a gran escala". Y es que la mayoría de los consumidores optan por traer la droga desde sus localidades de origen como Zaragoza o Lérida "porque allí es más fácil encontrarla".


La presencia de traficantes en estos lugares también es escasa porque prefieren realizar la venta en un lugar discreto de una gran ciudad a exponerse a una zona permanentemente vigilada.


En estos tres últimos años, los agentes de la Policía Judicial han observado un aumento del consumo de cocaína, hachís y marihuana, "porque aunque parecía que este última ya estaba un poco en desuso, hemos vuelto a notar un aumento de su consumo".


Por contra, sus datos revelan que ha descendido la presencia de las drogas sintéticas. "Hace unos años, prácticamente solo incautábamos pastillas y la verdad es que no encontramos ninguna causa concreta para explicar este descenso. Suelen ser modas, aunque quizá la gente también ha cogido miedo porque lo cierto es que ninguna de las pastillas que hemos decomisado tenía la misma composición", señalan.


De 17 a 30 años y con recursos


En cuanto al perfil de los consumidores de estos lugares, son jóvenes de entre 17 y 30 años de edad "que o bien trabajan o bien viven de sus padres". Un dato cuanto menos curiosos es que la mayoría suelen estar solteros.


Las denuncias por tenencia y consumo de drogas están tipificadas como una infracción grave de la ley 1/92 de Seguridad Ciudadana y las sanciones administrativas que impone la Subdelegación oscilan de 300 a 30.000 euros.


No obstante, hay casos cuya gravedad deriva el asunto a la vía penal. Desde la Guardia Civil recuerdan que en octubre, por ejemplo, la Audiencia condenó a una persona a una pena de 4 años de cárcel por la gran cantidad de droga que le fue incautada en una operación especial llevada a cabo con motivo del macro festival de música electrónica que se celebra anualmente en los Monegros.