HUESCA

El Ejército investiga las quejas por la presencia de tropas armadas en el centro de Jaca

Un vecino reclamó información en la Policía Local para conocer si los militares estaban desarrollando maniobras en el casco urbano.

La Jefatura de Tropas de Montaña de Jaca investiga la supuesta presencia de militares armados por las calles del barrio de la Universidad de la capital jacetana en la tarde del pasado martes. Según informó ayer la Policía Local, la primera noticia sobre estos hechos la facilitó un vecino que se personó en sus dependencias preguntando si se estaban realizando unas maniobras militares en pleno casco urbano de la localidad pirenaica.


Al parecer, militares armados y con uniforme de campaña, daban órdenes a los vecinos, aunque este extremo no fue confirmado por la Policía Local, que puntualizó que no se ha presentado ninguna denuncia formal. Este incidente se produjo, según diversas fuentes, en la calle de San José de Calasanz, situada en el barrio mencionado. En dicha calle se encuentra el colegio público San Juan de la Peña y el Instituto Domingo Miral. Los agentes de la Policía municipal avisaron a los mandos del Regimiento Galicia 64, que aseguraron desconocer lo ocurrido. A la espera de esclarecer las circunstancias en las que se produjeron los hechos, fuentes de la Jefatura de Tropas de Montaña mostraron su preocupación por la alarma generada entre los vecinos, a los que pidieron disculpas.


Según otro testimonio recogido por este diario, ese mismo martes, a las 11.00 de la mañana, un grupo compuesto por al menos siete soldados se encontraba patrullando fusil en mano la rotonda de acceso a Jaca situada junto a la ermita de San Miguel (un antiguo polvorín), cerca del centro comercial Eroski, lo que llamó la atención de algunos automovilistas.

Investigación


Fuentes de la Delegación del Gobierno en Aragón confirmaron ayer que el Ejército ha abierto una investigación para aclarar los hechos. En principio, el Ministerio de Defensa no tenía constancia de que se estuvieran realizando maniobras militares en la ciudad. Algunas fuentes oficiales señalaron la posibilidad de que los protagonistas del incidente pudieran ser personas ajenas al Ejército ataviadas con indumentaria militar.


La Delegación del Gobierno en Aragón precisó que si se presenta alguna denuncia al respecto, se indagará a fondo para determinar si existen responsabilidades y, en su caso, depurarlas convenientemente, como suele ser el procedimiento habitual. El Ministerio de Defensa se puso en contacto anoche con el comandante militar de la plaza de Jaca para que abriera una investigación. Se da la circunstancia de que ese cargo recae en el propio general jefe de la Brigada de Alta Montaña de Jaca.


Antecedentes preocupantes


Hace unos años, vecinos de esta localidad pirenaica mostraron su malestar por la presencia de militares armados en la zona conocida como Bajada de Baños, donde se encuentra el colegio de las Escuelas Pías. Se trata de una zona urbana situada junto a la nueva pista de hielo.


En febrero de 2001, un granjero de la localidad de Atarés (Jaca) denunció que los conejos de su explotación sufrieron estrés, abortos y otras patologías a causa del fuego de fogueo de unos soldados de la Escuela Militar de Montaña de Jaca durante unas prácticas en la zona. El ejercicio táctico se desarrolló alrededor de la finca. La mortalidad de los animales subió de un 3 a un 15% y algunos ejemplares sufrieron secuelas.


Los hechos más graves que ha ocasionado hasta el momento en la población civil la nutrida presencia militar y las maniobras que se celebran en la zona norte de la provincia de Huesca se produjeron a principios del mes de junio de 1984 en el pueblo altoaragonés de Abena (Jaca). Una fuerza integrada por nueve soldados y un teniente de la Compañía de Operaciones Especiales (COE) con base en la localidad vizcaína de Munguía irrumpió en Abena y pidió a sus habitantes que se concentraran en la plaza para la lectura de un importante comunicado. Posteriormente, requirieron la presencia del alcalde pedáneo y del alguacil y las tropas simularon un fusilamiento con balas de fogueo ante la indignación de los vecinos. El Ejército abrió un expediente y se suscito una tormenta política en torno a los hechos.