HUESCA

Cruzada policial contra los grafitis

La Policía Local de Huesca ha denunciado en lo que va de año a 21 jóvenes, casi todos menores, por causar daños valorados en más de 25.000 euros con sus pintadas. Además, su base de datos suma ya más de 1.000 fotos de grafitis por toda la ciudad.

Ala caza de los grafiteros. Esta es la política que emprendió la Policía Local de Huesca hace un año y, por ahora, está dando resultados. La prueba es que en lo que va de año los agentes han denunciado ya a 21 jóvenes, la mayoría de ellos menores de edad, por dejar su huella con espray o rotuladores permanentes en fachadas y mobiliario de la ciudad, con unos daños estimados en 25.000 euros.


Según la Policía, el objetivo principal de esta cruzada antigrafitis no es sancionar ni recaudar dinero, sino reeducar a los aficionados a este arte urbano y transgresor. "Intentamos concienciarles del grave daño que provocan en propiedades tanto públicas como privadas y de que es necesario que rectifiquen su conducta", subraya el intendente Alberto Edroso. Un objetivo que, de momento, se está cumpliendo ya que no han detectado reincidentes.


Estas 21 denuncias son fruto de un trabajo tenaz en el que han colaborado todos los agentes del Cuerpo y gracias al cual se ha creado ya una base de datos que incluye más de 1.000 fotografías de pintadas y firmas distribuidas por toda la ciudad. Y es que hay casos en los que se atribuyen hasta un centenar de grafitis a la misma persona. "Hemos ido calle por calle fotografiando una a una las pintadas y lo hemos logrado a base de invertir mucho tiempo", comentan desde la Policía Local.


Cada vez que identifican a un grafitero, los agentes acuden a la base de datos para comprobar si su firma coincide con otras pintadas almacenadas en ella ya que son casi como huellas dactilares. En caso afirmativo, la Policía Local le atribuye también la comisión de estos grafitis y el coste de su reparación. Además, si el importe de los daños es muy elevado, el asunto se dirige por vía judicial, como el caso de un joven que fue condenado a realizar servicios a la comunidad colaborando con las brigadas de limpieza.


Entre las operaciones policiales más importantes contra este tipo de conductas vandálicas está la identificación de cuatro jóvenes, dos de ellos menores, que fueron sorprendidos en la zona conocida como Barrionuevo y a los que se les responsabilizó de provocar daños de más de 5.000 euros. Además, otros cuatro grafiteros, todos de Zaragoza, fueron 'cazados' con 58 botes de espray cuando estaban pintando grafitis en el cauce de hormigón del río Isuela. Del resto, ha habido algunas denuncias por daños superiores a los 3.000 euros, aunque la mayoría se sitúan en el entorno de los 1.000.


"Es cuestión de segundos"


Desde la Policía Local recalcan que sorprender "in fraganti" a estos grafiteros entraña una enorme dificultad "porque la mayoría actúan en cuestión de segundos y si se escapan ya no hay nada que hacer". En este sentido, aseguran que en este tipo de operaciones "la clave es no desesperar sino continuar con los servicios de vigilancia de paisano porque tarde o temprano caen".


Por eso, no dudan en pedir también la colaboración ciudadana. "Necesitamos más ojos en la calle y que en el momento en que vean alguna conducta incívica, nos llamen y nos den datos para localizar a sus autores", subrayan. Y recuerdan el caso de unos jóvenes que fueron detenidos cerca del parque después de que un ciudadano anónimo les viera haciendo pintadas y les siguiera por varias calles hasta que llegó la Policía.


Empiezan a partir de los 12 años


A este problema se une el hecho de que estos jóvenes no comparten un perfil similar. "Hay algunos que son conflictivos, pero la mayoría son proceden de familias normales". Por eso, es muy difícil echarles el guante. Lo que sí han constatado es que en función de su edad, acuden a unos o a otros lugares. "Los típicos chavales que están empezando a los 12 años, por ejemplo, suelen ir donde no se vea mucho su firma. A partir de los 14 ó 15 años eligen lugares un poco más visibles. Y cuando ya son mayores de edad, lo que quieren es que la gente vea su obra", aseguran.


En este sentido, afirman que los grafiteros "con renombre" no van a espacios donde suelen acudir los más jóvenes, como el paseo de las Autonomías o la zona de los Olivos, sino que debido a su "ego personal" buscan sitios más "sugerentes" y si están "vírgenes" de pintadas, mucho mejor.


Tampoco hay una pauta común sobre la hora en la que actúan, aunque lo cierto es que los fines de semana y, especialmente, en horario nocturno, suelen aparecer más pintadas que a cualquier otra hora o día de la semana.


"No hay la fiebre de hace un año"


Pese a todo, el intendente de la Policía Local hace especial hincapié en que se sienten "más que satisfechos" de este año de intenso trabajo "porque la proliferación de pintadas se ha estancado y aunque al ciudadano le parezca que sigue habiendo muchos grafitis en la ciudad es porque son viejos". Reconoce que siempre suelen aparecer alguna que otra nueva pintada, "pero ya no hay la fiebre que había hace un año".


A este respecto, afirman que el siguiente paso es conseguir que todas los bienes públicos y privados afectados por los grafitis puedan ser restituidos a su estado original. Una limpieza que se pagará con cargo a las multas que están recaudando. "Lo que ocurre es que todo proceso administrativo lleva su tiempo y aún no hemos cobrado ese dinero", aclaran.