PATRIMONIO/ARAGÓN

La Generalitat insiste en el diálogo sobre los bienes ante el nuevo obispo de Lérida

Joan Piris no hizo referencia alguna al litigio en su toma de posesión, pero Carod apeló a un acuerdo con Aragón.

Las instituciones civiles catalanas siguen haciendo oídos sordos a la devolución de las 113 obras de arte sacro. Tras la toma de posesión del nuevo obispo de Lérida, Joan Piris, celebrada ayer en la catedral nueva, insistieron en el mismo mensaje: la única solución posible en el litigio de los bienes es, a su juicio, el diálogo con el Gobierno aragonés para alcanzar un acuerdo político, con independencia de las decisiones adoptadas en el ámbito eclesiástico y de los decretos que ordenan devolver las obras al obispado de Barbastro-Monzón.


No obstante, el presidente del Gobierno aragonés, Marcelino Iglesias, siempre ha rechazado esta vía, y hace unos días declaró que la única negociaciación posible es la devolución completa de las obras. Según argumentó, "si los dos obispos han ido a un litigio y han recurrido a los tribunales competentes, que son en este caso los tribunales eclesiásticos de la Signatura Apostólica, ahora no podemos ir para atrás".


Mientras Joan Piris evitó ayer en su primera homilía como prelado ilerdense hacer cualquier referencia a este asunto, el vicepresidentede la Generalitat, Josep Lluís Carod-Rovira, insistió en que "los conflictos de estas características se deben resolver por la vía del sentido común, del diálogo y, sobre todo, de la discreción". Por este motivo, no quiso pronunciarse sobre los supuestos contactos mantenidos recientemente entre los dos Gobiernos autonómicos implicados, cuya existencia siempre ha negado categóricamente la DGA. "Es un tema muy sensible -justificó Carod- en el que una mediatización excesiva puede hacer mal, por lo que lo importante es que las administraciones hablen, se entiendan y si hay una buena predisposición para llegar a acuerdos, seguro que se alcanzarán".


Antes de concluir su comparecencia ante los medios, Carod reveló que había deseado al recién ordenado obispo "mucha suerte, acierto, paciencia y, además, me he permitido decirle irónicamente que tenga mucha mano izquierda".


En la misma línea que el vicepresidente de la Generalitat se manifestaron tanto el alcalde de Lérida, Ángel Ros, como el presidente de la Diputación, Jaume Gilabert. Ros destacó que "todo lo que sea diálogo es bueno". "Le explicaremos al nuevo obispo, al que le deseo todo el éxito, la postura unánime del Consorcio del Museo Diocesano y esperamos que se pueda hablar, respetando la jurisdicción en materia de patrimonio de Cataluña", añadió.


Por su parte, el responsable de la institución provincial subrayó que hasta ahora el Consorcio "siempre ha actuado por unanimidad, y esperamos que continúe en esta línea". Tras los sucesivos mandatos al frente del episcopado ilerdense de Ramón Malla y Francesc Xavier Ciuraneta, defensores acérrimos de la permanencia de las piezas en Cataluña, el hasta ayer administrador apostólico de la diócesis, Xavier Salinas, tampoco llegó nunca a pedir ante el resto de patronos del Diocesano el permiso necesario para la devolución. Eso sí, en los últimos meses ha mostrado en diversas ocasiones su "voluntad" de cumplir el mandato vaticano, e incluso firmó en junio pasado un acuerdo con el prelado barbastrense, Alfonso Milián, para hacer efectivo el retorno en 30 días, un plazo más formal que real a la vista de los más de diez años que dura el conflicto.


Ayer, ni Milián, ni su predecesor Juan José Omella, ni Ciuraneta, ni Malla (todos presentes en la ceremonia de toma de posesión) quisieron hacer declaraciones ante la prensa. Tampoco lo hizo el nuncio del Vaticano en España, que acompañó a monseñor Piris en su presentación ante los fieles de Lérida.


Pero este no fue su primer encuentro de la jornada, ya que ambos tuvieron oportunidad de hablar largo y tendido tan solo unas horas antes de la ceremonia eclesiástica. De hecho, mantuvieron una larga conversación mientras daban un paseo por el santuario de Balaguer, en la que previsiblemente uno de los temas abordados pudo ser el de los bienes de las parroquias aragonesas.