PRIMER ANIVERSARIO

Unas 300 personas piden justicia para las víctimas del accidente de la discoteca Manhattan en Huesca

Unas trescientas personas se han concentrado en la plaza de Navarra de Huesca para expresar su apoyo a las víctimas del accidente registrado hace un año a las puertas de la discoteca Manhattan de la capital altoaragonesa y reclamar justicia para los afectados.


Los participantes se manifestaron hasta la plaza López Allué, donde se ha leído un comunicado de apoyo a las familias de las dos personas que fallecieron y a las siete que resultaron heridas graves, al tiempo que han reclamado la adopción de medidas para evitar que se repitan hechos similares.


El accidente se produjo a las 06:00 horas del 28 de julio de 2007, cuando el turismo que conducía el joven Víctor Manuel Gómez Rivero, de 22 años, salió de una curva a más de 120 kilómetros por hora y se abalanzó, sin control, sobre un grupo de personas que conversaban a las puertas de esta discoteca.


El atropello provocó la muerte inmediata de Ángel Javier Pérez Porte, de 40 años, y de Benito Joaquín Ríos Bernad, de 27, y causó siete heridos graves, la mayor parte de los cuales sufrieron largas convalecencias.


Uno de estos heridos, José Antonio Fernández, de 34 años y que en el atropello perdió las dos piernas y la vista, se encontraba entre los manifestantes. Acompañado en todo momento por su novia, ha asegurado a los medios de comunicación que el accidente le ha permitido valorar cosas que antes le pasaban inadvertidas. "Cuando ya no te tienen que lavar y te puedes duchar por ti mismo, es ya una fiesta", ha resaltado.


José Antonio Fernández ha demandado justicia, ya que las peticiones que ha solicitado para poder adaptar su vivienda a su discapacidad "no han tenido eco entre las administraciones". También ha reclamado ayudas Cristina Ríos, hermana de uno de los fallecidos, así como el cumplimiento íntegro de la pena que se le imponga al procesado por estos hechos.


El autor del atropello fue detenido e ingresó en prisión tras prestar declaración ante el titular el Juzgado de Instrucción 1 de Huesca, que le imputó 2 delitos de homicidio imprudente, 7 de lesiones y 1 contra la seguridad del tráfico. El atestado policial que apoyó la decisión judicial, instada, asimismo, por la Fiscalía, asegura que el joven circulaba a unos 120 kilómetros a la hora y que no frenó antes de arrollar al grupo de víctimas.


Señala, además, que Víctor Manuel Gómez conducía con una tasa de 0,70 miligramos de alcohol en su organismo, datos a los que se sumó el positivo que dio el joven en las pruebas de toxicología, que revelaron a su vez que había consumido también cannabis.


El historial médico reveló también que el joven detenido padecía una grave afección psiquiátrica, por la que sus padres habían intentado su internamiento en un centro adecuado que permitiera su tratamiento. La Fiscalía de Huesca, pendiente de calificar los hechos, anunció recientemente su intención de acusar al joven conductor de delitos más graves que aquellos por los que fue ingresado en prisión, a cuya excarcelación se opuso el pasado mes de octubre.