Sabiñánigo celebra los 125 años de la llegada del tren con la reapertura del Canfranc a la vista

La localidad serrablesa puso en valor el cambio que supuso el ferrocarril para un pueblo que solo tenía 250 habitantes.

Representantes políticos y vecinos conmemoraron ayer los 125 años de la llegada del tren a Sabiñánigo.
Representantes políticos y vecinos conmemoraron ayer los 125 años de la llegada del tren a Sabiñánigo.
L.Z

El 8 de febrero de 1893 llegó a Sabiñánigo la primera locomotora y 125 años después se conmemoró esta fecha histórica aunque con la vista puesta en un futuro cercano que pasa por la ansiada reapertura de la línea Zaragoza-Canfranc-Olorón para llegar hasta Francia. Es un camino largo y lleno de obstáculos, el último, un informe de un comité de expertos franceses que establece que el interés del proyecto de reapertura es regional y no estatal, pese a contar con fondos europeos. Un contratiempo que hay que afrontar "con optimismo", según el consejero de Vertebración del Territorio, Movilidad y Vivienda, José Luis Soro.

El acto celebrado fue simbólico, de reafirmación del pasado y de poner de manifiesto que el ferrocarril es "fundamental" para el transporte de mercancías y de viajeros, y que se traduce en un aumento demográfico, económico y social. Además, se descubrió una placa conmemorativa tallada en piedra por Teresa Pueyo.

Este jueves, en la estación de Sabiñánigo se puso en valor "el crecimiento que tuvo esta localidad y otros lugares gracias a la línea ferroviaria, aunque esto no es solo lo importante porque hay que hablar del futuro y de la necesidad imperiosa de que los trenes no lleguen solo aquí y a Canfranc y den la vuelta, sino que crucen el túnel y lleguen a Aquitania, a Francia y en definitiva a Europa", dijo el consejero, que acompañó al alcalde de Sabiñánigo, Jesús Lasierra, en la conmemoración. No faltaron representantes del ADIF, de Renfe, diputados provinciales, las presidentas de las Comarcas de la Jacetania y Alto Gállego, alcaldes de la zona, la corporación municipal, directores generales, además de numeroso público.

José Luis Soro reconoció que va a haber "muchas dificultades" en la lucha por la reapertura del Canfranc, "pero estoy convencido de que finalmente conseguiremos la victoria", añadió. Para él, la clave es demostrar que donde hay ferrocarril, hay vida y futuro "y cuando las estaciones se dejan abandonadas, y crecen árboles y maleza, la gente se va". Además, remarcó que existe la obligación "con los que nos antecedieron y consiguieron que el ferrocarril llegara aquí, pero sobre todo con las generaciones futuras de seguir luchando muy duro por esta reivindicación de todos los aragoneses".

Respecto al reciente informe del Consejo de Orientación de Infraestructura de Francia, que no considera necesario financiar el Canfranc con fondos nacionales, el consejero aclaró que este órgano no es vinculante y está formado por diputados y senadores que han analizado todas las inversiones ferroviarias en Francia. "Y determinan en dos párrafos que a pesar del apoyo europeo, que se reconoce, el interés es regional y no estatal y aconsejan que no haya financiación". Sin embargo, José Luis Soro se mostró seguro de que el presidente de Aquitania, Alain Roussete, convencerá al Gobierno galo de la necesidad del Canfranc.

Una nueva forma de vida

La llegada del tren a Sabiñánigo supuso una nueva forma de vida y también turismo, sobre todo los que acudían al balneario de Panticosa. El alcalde Jesús Lasierra, recordó que Sabiñánigo Pueblo tenía unos 250 habitantes cuando se construyó la estación en 1910. Llegaron al barrio 77 personas y a partir de ahí "el crecimiento fue exponencial cuando se asentó la industria y en cien años se ha pasado de una población que no existía a los 10.000 habitantes que somos ahora". Añadió que hay que seguir trabajando para que las próximas generaciones sigan teniendo un futuro en la montaña y en el mundo rural. "Ese es el símbolo de este acto", resumió.

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