Nuevo paso para desbloquear la construcción de 100 pisos en la zona de San Félix y San Voto

El Ayuntamiento de Huesca recibe el proyecto de reparcelación de este espacio.

El mercado inmobiliario, aunque tímidamente, ha empezado a moverse en Huesca con la puesta en marcha de pequeñas promociones de viviendas. Puede que se deba a este cambio de tendencia el hecho de que la junta de compensación de la zona de San Félix y San Voto haya presentado al Ayuntamiento el proyecto de reparcelación de esta unidad de actuación urbanística, donde está prevista la construcción de 100 pisos y en la que todavía quedan tres edificios por derribar. En al menos uno de ellos aún hay vecinos.

La comisión municipal de Urbanismo conoció el miércoles este proyecto, que establece el reparto de cargas y beneficios a la hora de urbanizar y construir de los propietarios adheridos a la junta. No todos los afectados se integraron en ella, por lo que ha sido necesario expropiar a los tres que se quedaron fuera, lo que también ha ralentizado el proceso al tener que acudir al jurado Provincial. Dos de ellos ya han recibido las indemnizaciones correspondientes, según indicó la concejala María Rodrigo.

Ahora, el alcalde, Luis Felipe, deberá dar la aprobación inicial al proyecto, que después saldrá a exposición pública. Para su visto bueno definitivo, el total de las indemnizaciones deberá estar abonado, indicó la edil responsable del área de Urbanismo. Tras este paso, los siguientes tienen que ser las obras de reurbanización, aunque no hay plazo para el inicio de las mismas, y el plan de edificación. Casi todo el suelo está en manos de promotores.

El proyecto para conseguir un nuevo espacio urbano, convirtiendo en una las dos plazas, se presentó en el Ayuntamiento hace cinco años, coincidiendo con el derribo de seis edificios que estaban en situación de ruina. Las demoliciones empezaron en 2009 y todavía no han terminado, ya que están pendientes la del inmueble situado cerca del patio de colegio Sancho Ramírez y otras dos en la calle Las Flores. Las obras de urbanización obtuvieron incluso licencia, pero no llegaron a acometerse.

La nueva y única plaza estará abierta al sur, con unos 2.900 metros cuadrados y forma rectangular. En el lado más próximo al colegio se plantarán árboles. También se colocarán bancos y aparcabicis. Asimismo, se contempla un pavimento uniforme para toda la zona, que será peatonal y sin barreras arquitectónicas. También se soterrarán los contenedores de basura. Las obras, con un coste estimado de 700.000 euros, tenían un plazo de ejecución de seis meses.

María Rodrigo indicó que el área de Urbanismo no tiene "información directa" sobre las intenciones y plazos de la junta de compensación de San Félix y San Voto. "Estaba en punto muerto, pero ahora aparece que sí hay interés en continuar con el proyecto", comentó. "Desde el Ayuntamiento hemos llevado a cabo un intenso trabajo para recuperar el diálogo con los propietarios", añadió la edil.

Lo que si parece claro, dada la situación, es que los pisos se construirán por fases. El conjunto tiene una edificabilidad de 9.000 metros cuadrados, lo que supone espacio para cerca de 100 viviendas de uno, dos y tres dormitorios. Los edificios, en bloques de cuatro alturas más ático, se levantarán en la parte norte de la plaza , entre las calles El Olmo, Sancho Ramírez, Las Flores y Obispo Ram. Estas dos últimas podrán ensancharse.

Espacio degradado

El presidente de la Asociación de Vecinos de Santo Domingo y San Martín, Andrés Puyuelo, manifestó que la presentación del proyecto de reparcelación es "una gran noticia porque esta es la zona más degradada del barrio". Esta intervención empezó a gestarse ya en 1988 para renovar el parque inmobiliario del barrio, con la suspensión de licencias para nuevas obras. A finales de los años 90, buena parte de las construcciones de las plazas de San Félix y San Voto estaban abandonadas o en ruinas.

La actuación urbanística conllevaba la demolición de 18 edificios. Junto a algunos había parcelas utilizadas como corrales y almacenes y la degradación era palpable. A principios de 2012, el incendio ocurrido en uno de los inmuebles situado cerca del colegio hizo saltar todas las alarmas. La casa, donde vivía un anciano, quedó destruida y se demolió. Junto a ella había otra que estaba también habitada y que fue necesario desalojar por el suceso. Ahora está pendiente de derribo. Solo quedan tres inmuebles en pie y el conjunto de solares está protegido por unas vallas metálicas entre las cuales tienen que pasar a diario los vecinos y los escolares.

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