Complicado rescate nocturno de cuatro extranjeros en el Aneto

Dos asiáticos y dos franceses se quedan enriscados, con síntomas de fatiga e hipotermia.

Un grupo de montañeros, en una escalada al Aneto.
Un grupo de montañeros, en una escalada al Aneto.
Heraldo

La aventura de ascender al techo de los Pirineos será difícil de olvidar para cuatro montañeros extranjeros, y no por la gesta de hacer cima. Tuvieron que salir de allí, la madrugada del domingo al lunes, auxiliados por los grupos de rescate de la Guardia Civil y con bastante miedo en el cuerpo.

 

Uno de los grupos estaba compuesto por dos jóvenes asiáticos, uno de Singapur de 24 años y otro de Japón, de 20. Estaban agotados y se habían quedado enriscados en el glaciar del Aneto. Uno de ellos no llevaba crampones, pese a ser una zona de hielo puro, por lo que corría el riesgo de despeñarse. La llamada de socorro la dieron avanzada la tarde del domingo.


Dada la cercanía del ocaso, se desplazó urgentemente a Benasque el helicóptero de la Unidad Aérea de Huesca junto con el médico de 061 y tras recoger a los componentes del Greim de Benasque se dirigieron a la zona indicada. Allí divisaron a los montañeros, a unos 100 metros por debajo del ibón de Coronas, en pleno glaciar. Uno estaba tendido en el suelo y el otro haciendo señales a la aeronave. Se acercó a los especialistas de montaña a un punto lo más próximo posible y el helicóptero tuvo que abandonar la zona por la caída de la noche.


Los guardias comprobaron que estaban ilesos pero bastante asustados y que tenían síntomas de hipotermia, por lo que les proporcionaron ropa de abrigo y los equiparon con arneses para asegurarlos a ellos.


Mientras iban descendiendo con ellos a una zona más segura, se recibió otro aviso de dos montañeros franceses, de 52 y 56 años, que estaban en la cima del Aneto y tenían problemas físicos y fatiga.


Un socorrista se quedó con los asiáticos y otro comenzó el ascenso para auxiliar a los franceses. Como la noche impedía contar con apoyo aéreo, se activó a más personal del Greim de Benasque, y otros dos agentes salieron para ayudar a sus compañeros, pero tenían que hacer el camino a pie.


El descenso con los montañeros de Singapur y Japón resultó bastante penoso, según la Guardia Civil, debido al cansancio. Asegurados al especialista de montaña en todo momento, tuvieron que bajar por una zona de cortados y barrancos. La oscuridad, las bajas temperaturas y los bancos de niebla lo complicaron todo. Finalmente, a las 2.40 llegaron a la Besurta, donde un vehículo oficial los trasladó hasta un campin para que pudieran pernoctar.


Con los montañeros franceses se pudo contactar en la cima del Aneto a las 21.20, suministrándoles comida, agua y ropa de abrigo, asegurándolos a ambos con una cuerda y comenzando un descenso, también lento y complicado por las mismas circunstancias. El grupo logró llegar a la Besurta, donde esperaban los coches, a las 5.00. Según la Guardia Civil, los franceses llegaron ilesos, pero exhaustos.

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