Desde hace varios días, los estampados creados por la diseñadora oscense Mónica Navarro (Marie Polet) se pueden saborear. El artífice de ello es el pastelero Raúl Bernal, también natural de Huesca, que ha creado una colección de diez tabletas de chocolate para uno de sus cursos en la Chocloate Academy de Barcelona, donde actualmente trabaja. Los dibujos más característicos de la creadora -pinochos, abejas o planchas-, sirven no solo para ilustrar el envoltorio de las piezas, sino que guardan relación con el sabor con el que se ha dotado cada una de ellas.

“He buscado la inspiración en los dibujos a la hora de seleccionar los ingredientes. Así, en el caso del estampado 'piscis', pensé en el mar, y utilicé algas o sal, o en el de la abejas miel”, explica el pastelero. Pero no fue tan sencillo con otros de los motivos creados por Marie Polet. “Hay uno de ellos que son coches y furgonetas, y creo que hay pocas cosas menos evocadoras que eso. Pero dándole vueltas, y viendo que eran modelos como retro, pensé en los ambientadores de pino típicos, y añadimos ese sabor a las tabletas”.

Bernal defiende que cada vez le gusta dotar a sus creaciones “de un sentido”, de una historia detrás que desarrollar. Por ello pensó en los diseños de su paisana. “Yo conocía el trabajo de Mónica, que estaba haciendo cosas muy chulas, y me pareció que era una buena idea poder hacer algo conjunto”.

Por su parte, Mónica Navarro acogió la proposición con emoción. "La llamada de Raúl explicándome su propuesta fue muy ilusionante. La idea de que los estampados de Marie Polet se pudiesen saborear me pareció genial y toda una experiencia. A la vista y al tacto de un tejido, le añadíamos un tercer sentido, el gusto”, comenta la diseñadora, que añade que el hecho de que fuera Bernal el pastelero, le dio unas garantías. “Tiene muchos logros a sus espaldas, y sobre todo aporta la confianza de ser alguien que ama lo que hace. Eso me aseguraba que iba a tener un resultado muy cuidado”, asegura.

“Le estoy muy agradecida por apostar por lo que se hace en Huesca, por pensar y creer en mi trabajo, integrarlo en el suyo y por ayudarme a que lo conozca más gente. Ha sido un honor, un placer y ya le he dicho que quiero repetir”, dice la diseñadora. Bernal tiene siempre muy presentes sus orígenes, que le han llevado a hacer colaboraciones con diferentes entidades de la capital oscense. “Hay gente en Huesca que está haciendo las cosas muy bien y es una pena que no se les conozca fuera, yo solo intento ofrecer mis medios para que no sea así”, añade el maestro chocolatero.

Los dulces fueron una de las creaciones del curso 'Tabletas, grageas y productos de impulso' impartido por Bernal. “Los talleres empiezan con algo de teoría, y les expliqué de dónde procedían los diseños, como manera de inculcar el valor de que todo tenga un trasfondo, porque eso le aporta más valor”, dice el pastelero.

Por ahora, ha sido reducido el número de tabletas realizadas, todas durante el curso. Aunque han sido muchas las solicitudes, no serán comercializadas, ya que Bernal trabaja en una academia, por lo que sus creaciones se destinan a los talleres, no a la venta. Es una circunstancia similar a la que le ocurrió cuando creó el turrón del danzante, a modo de homenaje a estos, y que tanto éxito tuvo, pero que no pudo ponerse a la venta. “A veces piensas algo y cuando lo terminas te das cuenta que ha quedado mucho mejor de que esperabas, y ahora con las redes sociales la gente en seguida es partícipe de todo y se interesa por cómo conseguirlo”, comenta Bernal.

No obstante, plantean junto a Mónica Navarro extender su colaboración. “Tenemos ideas para continuar uniendo chocolate y moda. Nos gustaría hacer como un desfile en el que la gente pueda ver las creaciones, y en cierto modo, también probarlas. Aunque por el momento son solo posibilidades que planteamos, no hemos trabajado en nada concreto”.