Balsas convertidas en trampas mortales

La DGA alerta del peligro de los depósitos de agua forrados con plástico, donde han muerto personas y animales

Imagen de los tejones salvados en la balsa de Costeán
Imagen de los tejones salvados en la balsa de Costeán
Gobierno de Aragón

En diciembre de 2016, un cazador de Zaidín de 36 murió ahogado en una balsa de riego cuando intentó rescatar a uno de sus perros que había caído al agua. El depósito, impermeabilizado con una lona de plástico, era tan resbaladizo que no puso salir. Tres meses después, un vecino de Almunia de San Juan de 59 años falleció en similares circunstancias. También intentó salvar a su perro de una balsa utilizada por el Ayuntamiento para almacenar el agua de la red de abastecimiento urbano. Paradójicamente, la mascota logró sobrevivir a su dueño.

A estas dos tragedias humanas se suma la muerte de muchos animales que quedan atrapados en el agua, sin posibilidad de salir, hasta el punto de que ayer, la Dirección General de Sostenibilidad del Gobierno de Aragón alertó del peligro que suponen las balsas forradas de plástico e instó a los propietarios, concesionarios y usuarios a que las vallen adecuadamente para impedir el acceso de animales y personas. Al mismo tiempo, recomendó colocar cualquier sistema que permita la salida en el caso de caer dentro.

Y es que la pasada semana, Agentes para Protección de la Naturaleza de la comarca del Somontano de Barbastro rescataron dos tejones en el municipio de Costean. Por suerte, la balsa se encontraba vacía porque se estaban haciendo labores de mantenimiento. Los animales no se ahogaron, aunque, según el departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, «de no haber sido rescatados probablemente habrían muerto».

Un particular dio aviso al 112, que movilizó a los agentes. Según explicó la consejería, al llegar vieron cómo los tejones no podían salir solos, debido a la pendiente de los taludes y a que al estar forrada de plástico era una superficie muy resbaladiza. «Los tejones se encontraban con evidentes síntomas de debilidad, dado que presumiblemente llevaban muchas horas intentando salir de la mortal trampa», explicaron.

No fue fácil sacarlos, pues al sentirse acorralados pueden intentar defenderse y herir a sus rescatadores, por lo que los agentes tomaron precauciones para no herir a los animales: colocaron un vallado en uno de los taludes de la balsa y los acorralaron para obligarles a salir.

La Dirección General de Sostenibilidad ha recordado que no es la primera vez que los agentes de protección de la naturaleza rescatan ejemplares de especies de fauna, tanto silvestre como doméstica, en este tipo de balsas usadas para el riego o el bastecimiento urbano. «En la mayoría de las ocasiones, casi todos los ejemplares son recogidos ahogados», precisaron. Y, desgracidamente, tambien para las personas pueden ser trampas mortales.

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