Hallado un trozo de meteorito sin catalogar en la colección de minerales de Lucas Mallada

Es una de las 800 piezas legadas por la familia del naturalista oscense a la Escuela de Maestros en 1925. La Universidad ha inventariado el material, que
se expondrá en la Facultad de Educación de Huesca.

El vicerrector de Huesca, José Domingo Dueñas, y el director del museo de CC. Naturales, Ignacio Canudo
Hallado un trozo de meteorito sin catalogar en la colección de minerales de Lucas Mallada
V.L

La recuperación del fondo de minerales y fósiles del naturalista oscense Lucas Mallada (1841-1921)depositado en la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación de Huesca ha deparado un hallazgo sorprendente, el de un fragmento del meteorito que cayó hace ahora 150 años en Cangas de Onís (Asturias). Es una pieza de pequeñas dimensiones de la cual no se tenía constancia en los registros y que proviene de la roca de fuego que el 6 de diciembre de 1866 impactó ya desintegrada sobre esa localidad y sus alrededores. De los trozos localizados entonces se conoce la existencia hoy de una veintena, repartidos en museos y universidades de España y otros países.


José Ignacio Canudo, director del Museo de Ciencias Naturales de la Universidad pública de Zaragoza, calificó ayer la pieza como "una joya" porque "no es fácil tener trozos de meteoritos en las colecciones, y menos españoles". Según dijo, ha sido "una sorpresa" encontrar un fragmento de aerolito porque en España este fenómeno "es algo raro". Se da además la circunstancia de que el de Cangas de Onís es uno de los más famosos porque se sabe exactamente cuando cayó "y en estos 150 años ha sido muy utilizado por los geoquímicos que estudian los meteoritos", apuntó.


La caja en la que Lucas Mallada guardó el preciado trozo tiene el número 79 y una etiqueta donde está escrito: ‘aerolito caído en Cangas de Onís’. Es el rótulo original con el cual el naturalista y paleontólogo clasificó esta pieza de su colección personal, formada por 800 ejemplares entre minerales y fósiles. Los expertos que durante este año han llevado a cabo el inventariado y la limpieza de todos ellos han decidido mantener los recipientes originales, con alguna protección, ya que se encuentran en buen estado, como todos los materiales.


Este fondo, donado en 1925 por la familia de Mallada a la entonces Escuela Normal de Maestros de Huesca, estaba hasta ahora en el laboratorio del centro docente. "Se hallaba custodiado pero sin salir a la luz", comentó Pedro Lucha, profesor de la Facultad de Ciencias Humanas y de la Educación que ha participado en los trabajos para recuperar la colección. Según dijo, para los estudiosos de las ciencias naturales que la conocían "era un tesoro".


Este docente, junto con Mª Eugenia Dies, de la misma facultad, decidió poner en valor este legado "por la deformación profesional del propio rigor científico y por su valor intrínseco al ser una colección de Lucas Mallada".La certificación

El estudio, realizado por el Museo de Ciencias Naturales con la colaboración económica de la Diputación de Huesca, ha permitido certificar mediante diferentes líneas de evidencia que este material, guardado hace 95 años en el centro, es efectivamente la colección personal del naturista oscense del siglo XIX, considerado uno de los padres de la paleontología española.


Además del meteorito de Cangas de Onís, entre los minerales clasificados hay ejemplares de gran interés histórico, como los cinabrios de Almadén (Ciudad Real), en cuyos yacimientos de mercurio hizo Lucas Mallada sus prácticas como ingeniero de minas. Destacan por sus dimensiones las wolframitas datadas en Galicia, donde los alemanes acudían para abastecerse del Wolframio que necesitaban para fabricar las bombas en la Segunda Guerra Mundial, recordó Canudo. Muchas de las minas de donde proceden las muestras ya están agotadas, lo que posibilitará el estudio de un material ahora imposible de conseguir.


La colección de fósiles contiene ejemplares desde el periodo Cámbrico con piezas de animales y plantas. Destacan las impresiones de helechos del Carbonífero de Léon, esponjas del Eoceno de Huesca o un diente de oso de la cueva de Altamira.


Una parte del fondo recuperado se expondrá durante el mes de diciembre en el Museo de Ciencias Naturales de Zaragoza. Después, la colección se depositará en lo que va a denominarse Espacio Mallada y que se habilitará en el centro del campus oscense al que llegaron en 1925. Tras el trabajo realizado por los especialistas, solo queda comprar tres vitrinas y un armario para que el legado de Lucas Mallada quede a la vista de quienes quieran contemplarlo y estudiarlo.

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