JUEGOS DE INVIERNO DE 2022

Hereu se queda solo en el primer debate para lanzar su candidatura olímpica

El alcalde de Barcelona presentó ayer en el pleno un informe "inconcreto" sobre su propuesta.Ningún partido respaldó el proyecto y la sesión sirvió para abrir una grieta en la coalición de gobierno PSC-ICV

El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, ayer en un momento del pleno en el Ayuntamiento de la Ciudad Condal
Hereu se queda solo en el primer debate para lanzar su candidatura olímpica
MANE ESPINOSA/LA VANGUARDIA

"La bola de nieve olímpica comienza a rodar". El alcalde de Barcelona, el socialista Jordi Hereu, trataba ayer de insuflar cierto ánimo a su idea de presentar la capital catalana como candidata a albergar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2022. Sin embargo, reunidos en pleno municipal, el resto de grupos políticos dibujaron con sus críticas una imagen menos halagüeña: una batalla de bolas de nieve dialécticas de la que el edil salió escaldado; la estabilidad de su coalición gubernamental con ICV, malherida; y su sorprendente proyecto olímpico, vapuleado por las dudas. "Hoy no hemos visto un espectáculo de fortaleza, sino de debilidad", resumía Xavier Trias, de Convergència i Unió.

 

El pleno no solo sirvió para debatir por primera vez la inesperada propuesta de albergar unos Juegos de Invierno en la autodenominada "capital del Mediterráneo". También permitió a la oposición escenificar su molestia por el secretismo y el personalismo de Hereu a la hora de anunciar la idea, el pasado 13 de enero. Pero, sobre todo, constituyó la evidencia palmaria de las grietas cada vez más amplias y profundas que separan a los dos partidos del gobierno municipal: PSC e Iniciativa per Catalunya-Els Verds.

 

Esta primera toma de contacto municipal se centró en la discusión del informe preliminar, muy criticado por su falta de concreción. Hereu delegó en Carles Martí, su primer teniente de alcalde y futuro responsable de la candidatura, la defensa del documento. "No será una candidatura a cualquier precio. Nuestro modelo debe cumplir criterios de sostenibilidad, innovación, participación y optimización de recursos", adelantaba. Y conminaba al consenso: "Ha de ser una candidatura compartida".

 

Sin embargo, los tres grupos de la oposición (CiU, PP y ERC) aguarían inmediatamente su optimismo. Ninguno de sus representantes se opuso al proyecto olímpico pero, escudándose en la abstracción del informe, tampoco nadie lo abrazó sin ambages. "Han comenzado mal, muy mal. Es difícil hacerlo peor", atacaba el convergente Trias. "Se han tirado a la piscina sin mirar si había agua", reprochó el nacionalista, aunque acto seguido invitaba al PSC a "empezar de nuevo para crear un proyecto ganador".

 

Trias se mostró especialmente incisivo a la hora de reclamar los estudios de viabilidad sobre los que teóricamente, está basado el informe preliminar. Cuando Martí, algo desconcertado, aseguró que el informe resumía lo más importante de los estudios, Trias montó en cólera. "No nos traten de tontos, este documento es de pega", exclamó. Las evasivas atribuladas de Martí y el flojo nivel del informe, que denota cierta improvisación en su articulado, extienden dudas sobre la existencia real de esos estudios de viabilidad que nadie ha visto y Alcaldía no facilita.

 

Desde el PP, Alberto Fernández Díaz calificó después la candidatura de "huida hacia adelante" de Hereu, acuciado por las encuestas que le sitúan fuera de la alcaldía para 2011, pero garantizó su apoyo "a cualquier iniciativa buena para la ciudad". Fernández Díaz fue el único que aludió a la candidatura de Zaragoza-Pirineos: "Queremos trabajar con la complicidad de las otras aspirantes españolas".

 

Por su parte, el líder municipal de ERC, Jordi Portabella, recurrió a la ironía para cuestionar si a la "marca Barcelona, claramente mediterránea", se le puede añadir "nieve, caballos y queso de cabra". El republicano supeditó su apoyo a la existencia de un "acuerdo colectivo".

 

Pero la actitud ambivalente de la oposición se transformó en abierto desacuerdo cuando Ricard Gomà, de ICV y socio de gobierno de Hereu, tomó la palabra. "En este proyecto vemos más dudas que certezas y en estos momentos no estamos en condiciones de apoyarlo", proclamó. El alcalde barcelonés no tendrá fácil convencer a Gomà de la "sostenibilidad económica, social y ambiental" de un evento que tildó de "innecesario".

 

En ese punto y, ante el cariz que tomaba el debate, Hereu optó por intervenir: "Tenemos una inmensa oportunidad, deseable y posible, de vertebrar la ciudad y el país. Y hemos de aprovecharla entre todos". Sus cantos al consenso chirrían frente a un cuadro general de aspecto kafkiano: mientras los tres grupos de la oposición afean sus formas aunque comparten el fondo, sus socios de gobierno se distancian del proyecto. "Parte del gobierno actúa de oposición y al final será la oposición la que tendrá que apoyarle", resumía Fernández Díaz.