El Ayuntamiento de Fiscal acometerá esta semana la redacción de los planes especiales de reordenación urbanística de los núcleos de Jánovas, Lavelilla y Lascorz, actualmente en proceso de restitución a sus antiguos propietarios tras el descarte definitivo del proyecto de embalse Jánovas.

Así lo ha asegurado el alcalde de Fiscal, Manuel Larrosa, quien se desplazará este miércoles a Jánovas para dar el "pistoletazo de salida" a los planes de ordenación de estos tres núcleos, cuyos propietarios fueron objeto de un procedimiento de desalojo forzoso iniciado en la década de los sesenta del pasado siglo.

Larrosa ha explicado que los planes especiales son una "pieza fundamental" para la recuperación de estos núcleos ya que no sólo permitirá darles una forma urbanística, sino que constituyen un elemento necesario para que los antiguos propietarios puedan solicitar licencias de obras para rehabilitar sus casas.

Los planes especiales de reordenación de estos tres núcleos fueron adjudicados hace 15 días, con un calendario que prevé su finalización y entrada en vigor a finales de 2011, de forma simultánea al cumplimiento del proceso de reversión de propiedades a sus antiguos vecinos y descendientes. "El objetivo que nos hemos planteado -ha subrayado el edil- es conseguir que estos planes especiales sea muy participativos, e incluyan las opiniones tanto de los técnicos y afectados como de los antiguos propietarios".

Este proceso se inicia unas semanas después de la licitación, por parte del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM), del plan de desarrollo sostenible para el entorno territorial del embalse de Jánovas, que incluye el proceso de restitución de las propiedades como uno de los pasos a cumplir.

El plan de desarrollo sostenible de Jánovas tiene como objetivo establecer los ejes, líneas y actuaciones estratégicas básicas para detectar y desarrollar al máximo las posibilidades de desarrollo de los núcleos afectados.

Un proyecto descartado

El proyecto de Jánovas fue descartado definitivamente en 2008 por el impacto ambiental negativo que supondría su construcción, lo que extinguió unos derechos que se definieron en 1951 y que dejó la explotación en manos de las empresas hidroeléctricas.

Sin embargo, las primeras noticias en relación a la posibilidad de construcción de un embalse en Jánovas se produjeron en 1917, aunque la concesión definitiva de derechos para el aprovechamiento de los recursos hidroeléctricos no se produjo hasta 1951. Tras el proceso de expropiación forzosa, que provocó fuertes enfrentamientos con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, el último vecino de Jánovas, José Garcés, abandonó finalmente sus propiedades en 1981, años después de la marcha del resto de sus habitantes.