Como en el cuento de los Hermanos Grimm, Juan Carlos Bastarós se mantuvo en su cargo hasta la medianoche de ayer, cuando las campanadas marcaron las 12 y su etapa como gerente del Servicio Aragonés de Salud se convirtió en calabaza. Pero, a diferencia de la historia infantil, el final no le ha llegado impuesto, sino que ha sido él quien ha decidido que el relato termine en forma de dimisión. Bastarós presentó hace un mes su renuncia ante la consejera de Salud y Consumo y, tras publicarse ayer en el Boletín Oficial de Aragón, hoy se hace ya efectiva.

Antes de volver a su puesto de médico pediatra de atención primaria en el centro zaragozano de Torrerramona, Bastarós decidió ayer acudir a su particular baile de despedida. Lo hizo en el salón de sesiones de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, en el edificio Paraninfo de la Universidad. Recibido por sus colegas de profesión y tras repetidas expresiones de "no nos dejes solos", escuchó a su compañero de Departamento José Ignacio Castaño desgranar los efectos de la dispersión geográfica del gasto sanitario (que según relató, haberlos hailos).

El ahora ex gerente no dio explicaciones de su marcha de la DGA -al menos que se oyeran públicamente-, pero sí tuvo tiempo para los agradecimientos. "Por lo bien que me habéis tratado muchos durante todo este tiempo", dijo. "Aunque aún no me tenéis que despedir, he venido aquí porque hasta las 12 (de ayer) todavía soy gerente", bromeó.

Sobre su futuro comentó que echa de menos a los niños y que vuelve "gustoso" a su trabajo de pediatra en el centro de salud de Torrerramona.

La encargada de sustituirlo y custodiar a partir de ahora el Servicio Aragonés de Salud será Ana Sesé -ex gerente del sector II al que pertenece el Servet-. Habrá que esperar para ver si ese zapato de cristal es de su horma.