AGUA

El túnel por Sierra Caballera garantiza la ejecución de los regadíos de la Hoya

La conducción hasta el embalse de Almudévar podría abastecer hasta 15.000 hectáreas

El proyecto que estudia la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) para duplicar la capacidad del futuro embalse de Almudévar, dentro de la regulación interna de Riegos del Alto Aragón, no solo beneficiaría a este sistema, sino que, además, garantizaría un abastecimiento de agua más que suficiente para ejecutar los regadíos del Canal de la Hoya de Huesca, un plan que espera su turno desde hace décadas.


De hecho, el proyecto para llenar por gravedad el embalse de Almudévar hasta un máximo de 341 hectómetros cúbicos, mediante una conducción de 41 kilómetros, desde el azud de Anzánigo, 17 de ellos bajo Sierra Caballera, aprovecha parcialmente el planeamiento que se estudió en 1986 para hacer el Canal de la Hoya de Huesca.


Tal y como se recoge en el estudio previo de SERS y BS Ingeniería, elaborado para la CHE con el objeto de mejorar la regulación interna de Riegos del Alto Aragón, la conducción prevista entre el azud de Anzánigo (a dos kilómetros del municipio de Caldearenas) y Almudévar permite derivar, sin realizar obra alguna en el cauce del Gállego, hasta 55 hectómetros cúbicos al mes entre octubre y mayo. Eso, con un túnel de cinco metros de diámetro bajo Sierra Caballera y, a continuación, una tubería forzada de tres metros de diámetro desde la localidad de Bolea hasta el futuro embalse (23,5 kilómetros más).


Una simple multiplicación evidencia que, en esos ocho meses en que se plantea la detracción de caudales del Gállego, se pueden llegar a transportar 440 hectómetros cúbicos hasta Almudévar. Sin embargo, las opciones de presa que se manejan arrojan una capacidad máxima de 341 hm3, con la idea de que el volumen definitivo esté más cercano a los 300. Por lo tanto, hay un margen de 140 hectómetros cúbicos que se pueden aprovechar para otros usos.


Uno de los que se apunta en el estudio es mejorar las aportaciones del embalse de La Sotonera mediante un sobradero para verter excedentes al río Sotón, que se instalaría en una balsa a medio camino de los 41 kilómetros de conducción, entre la salida del túnel de Sierra Caballera y el comienzo de la tubería forzada.


Pero además, como también queda reflejado en el trabajo, esa infraestructura de transporte hídrico permitiría garantizar el ansiado proyecto de los regadíos de la Hoya de Huesca con mayor seguridad y eficacia que la alternativa plantada desde el proyecto de embalse en Biscarrués con capacidad de 192 hectómetros cúbicos.


La tubería forzada de 23,5 kilómetros entre Bolea y Almudévar atraviesa de norte a sur la zona regable proyectada para el Canal de la Hoya, por lo que la transformación, según los autores del informe, "sería tan sencilla como conectar la red de riego" a esa tubería, que ejercería como canal principal del nuevo regadío. De ahí, se podría derivar el agua a las balsas que se considere oportuno construir para su distribución por ramales secundarios.


El vigente Plan Hidrológico del Ebro incluye una reserva de 50 hectómetros cúbicos para el Canal de la Hoya en el caso de que se construya, a cota máxima, el embalse de Biscarrués. Esa reserva se incrementaría hasta los 90 hm3 en caso de aumentarse la regulación del Gállego. Como el embalse en Almudévar incrementaría esa regulación prevista con Biscarrués en, como mínimo, 110 hm3, se podrían garantizar los 90 para los regadíos de la Hoya.


El Plan Nacional de Regadíos recoge la transformación de 8.000 hectáreas en la comarca de Huesca como regadío social. La dotación prevista es de 6.000 metros cúbicos por hectárea, así que con 90 hm3 sería posible atender la demanda de 15.000 hectáreas.