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El tramo sin desdoblar de la N-II concentra una de cada diez muertes en carretera

Gran parte de los accidentes se producen por colisiones frontales, algo que se evitaría si la autovía ya estuviera lista

Los 96 kilómetros que tiene el tramo sin desdoblar de la N-II, entre Fraga y Alfajarín, suponen una centésima parte de la red viaria aragonesa, que suma más de 10.000 kilómetros. Y, sin embargo, esta peligrosa vía se cobra una de cada diez muertes por accidentes en carretera en Aragón. La mayoría de los siniestros, además, se produjeron como consecuencia de choques frontales o frontolaterales, una circunstancia que apenas se habría dado con la esperada autovía ya lista.


Desde 2006, 35 personas han perdido la vida en este tramo en 26 accidentes, con 36 heridos. En total, en Aragón ha habido en el mismo periodo 337 víctimas mortales en vías interurbanas. Prácticamente todos los sucesos han involucrado a camiones: solo en cuatro de los 26 no había vehículos articulados. Esto tiene como consecuencia que la mortalidad es muy elevada, ya que resulta difícil que una colisión con un tráiler de varias toneladas de peso no cause al menos un fallecimiento.


En algunos casos, además, los siniestros se produjeron en puntos idénticos, con casos tan evidentes como la entrada a Pina de Ebro, en el kilómetro 361. Aquí, un cambio de rasante situado a apenas cien metros del cruce a la localidad ha podido influir en dos sucesos con un saldo de cuatro muertos. Ambos se produjeron por la mañana, cuando el sol deslumbra a los conductores que viajan en dirección barcelona.


El segundo de ellos es, precisamente, el último accidente grave que ha registrado el tramo. Fue hace dos días, cuando un autobús de la línea regular de Ágreda que se dirigía a Lérida se empotró contra un camión, cuyo conductor esperaba en el carril central de la calzada para incorporarse a la CV-604. Los dos profesionales al volante fallecieron, mientras que los cuatro viajeros del autobús resultaron heridos.


El de Pina de Ebro y otros cuatro puntos kilométricos han generado casi la mitad de los siniestros. En el 415, entre Candasnos y Fraga, se produjeron dos siniestros separados por apenas dos meses y medio de tiempo. Y, casualmente, ambos tuvieron características casi idénticas: una colisión frontal entre un turismo y un camión que causa la muerte al conductor del coche. El segundo, además, causó tres heridos.


También en Candasnos, pero siete kilómetros antes, dos personas han fallecido en otros tantos accidentes. Mientras, en el 341,4, en término de Alfajarín, sendas colisiones provocaron en julio de 2006 y en mayo de este año la muerte de un conductor y de un copiloto.


En ocasiones, sin embargo, la coincidencia no es achacable a las condiciones de la carretera. En el punto kilométrico 393, a la altura de Bujaraloz, se produjo el accidente más grave que ha registrado el tramo sin desdoblar de la N-II desde enero de 2006. Tres miembros de una misma familia -los padres y un hijo- fallecieron en diciembre de 2006 cuando el turismo en el que viajaban chocó frontalmente con un camión. La niebla era muy densa en ese momento, como atestiguaron entonces varias personas. Pese a ello, el conductor intentó realizar un adelantamiento. Una maniobra similar fue aparentemente la causa del siniestro que se produjo allí mismo apenas un mes más tarde, y que dejó un saldo de un muerto.


Pina, Osera, Alfajarín y Candasnos son los que más siniestros han registrado en este periodo, con cuatro. Detrás se sitúan Bujaraloz, y Fraga, con tres cada uno; La Almolda y Villafranca, con dos, y, en último lugar, Nuez, con uno.


De los más de 10.000 kilómetros en Aragón, 2.334 pertenecen a la Red de Carreteras del Estado, 5.577 al Gobierno de Aragón y otros 2.410 a las diputaciones provinciales. El tercer estudio EuroRap determinó el año pasado que las vías aragonesas eran las más peligrosas de España, junto con las de Asturias. Asimismo, el informe de la Asociación Española de Carretera calificó solo de "aceptable" la seguridad en los tramos de la región.


La mayoría de los accidentes con víctimas mortales se producen en carreteras convencionales. En Aragón, una de las comunidades más transitadas, solo 1.300 kilómetros son autovías o autopistas.