FERROCARRIL

El resto del eje del Cantábrico al Mediterráneo ni siquiera tiene horizonte de conclusión

La única obra prevista para este año se reduce a la electrificación de la vía de Teruel y los demás tramos siguen en fase de estudios.

Seis años después de que el Gobierno de Zapatero comprometiera el corredor Cantábrico-Mediterráneo, este eje ferroviario llamado a vertebrar Aragón no ha superado aún ni la fase de estudios. El compromiso financiero es ínfimo, hasta el punto de que la única obra que comenzará este año se reduce a la electrificación del tramo entre Zaragoza y Teruel. Para los 660 kilómetros que separan por ferrocarril ambas costas, solo se ha previsto este año partidas que suman en total 11,8 millones de euros. Con este dinero, se seguirán tramitando los estudios informativos y los proyectos, en distinto grado de ejecución.

Tan solo en el caso del tramo Castejón-Pamplona se ha atrevido el Ministerio de Fomento a fijar una fecha para su puesta en servicio, 2015. En el resto del eje transversal ni siquiera se atisba una fecha, que se alargará diez años si se aplica el mismo criterio de tramitación ordinaria del resto de infraestructuras.

La ex ministra de Fomento Magdalena Álvarez vendió este corredor en junio de 2004 como una compensación tras rechazar la promesa del PSOE de acercar el AVE a Teruel.

El actual titular de la cartera, José Blanco, llegó incluso en octubre a vender de nuevo el corredor en un acto público celebrado en Zaragoza con representantes autonómicos, pero ni fijó plazos ni presupuesto. La presentación iba a ser una plasmación del estudio funcional, pero se quedó reducido a una sucesión de dibujos y gráfico en un 'power point'. El documento no se quiso facilitar a este diario. "Tenéis el resumen del power point", indicaron.

Fuentes ferroviarias consultadas sostuvieron ayer que el recorte inversor de Fomento podría afectar, o como mínimo ralentizar, este corredor. Para sostener esta tesis expusieron como argumento el tramo Teruel-Valencia, que requerirá una inyección de 3.000 millones de euros, medio billón de pesetas: "La línea tendrá que ir bajo tierra para superar el fuerte desnivel, de mil metros, existente en unos pocos kilómetros. Con restricciones presupuestarias y una baja demanda, parece condenado a sufrir retrasos".

El primer sacrificado será el tramo Santander-Bilbao, que estaba en estudio y que se ha aparcado por la situación económica. Fomento dio a elegir al Gobierno cántabro entre este trazado y el que unirá la Comunidad con Madrid por la meseta.

Incluso la electrificación de la vía entre Zaragoza-Teruel, dotada con una partida global de poco más de ocho millones de euros, ya fue anunciada para este verano y sigue esperando la licitación. Y tampoco servirá para recortar sensiblemente los tiempos de viaje, ya que la vía entre Teruel y Valencia seguirá sin electrificar y, por tanto, Renfe deberá seguir utilizando trenes diésel que no pueden correr más.