LA CRISIS EN ARAGÓN

El pequeño comercio ha perdido más de 500 autónomos en 2008 solo en Zaragoza

Los pequeños empresarios que regentan tiendas se tuvieron que desprender el año pasado de 1.350 asalariados.

El pequeño comercio sufre en Aragón. El sector, que ya estaba tocado desde hace varios años, ha encajado mal el golpe de la crisis, y se cuentan por cientos los establecimientos de todo tipo que atraviesan por serias dificultades. Unos problemas que en algunos casos se han manifestado en forma de cierre definitivo y que en otros ha derivado en un traspaso que ha supuesto una oportunidad para algún emprendedor. En otros muchos casos, las tiendas han decidido mantener el negocio con vida, pero despidiendo a parte o a todo el personal contratado.


Solamente en la provincia de Zaragoza, el sector del comercio minorista perdió 528 autónomos a lo largo de 2008, haciendo la diferencia entre las altas y las bajas; 176 lo hicieron en Huesca y 92 más, en Teruel. Cerca de 800 autónomos del comercio, por tanto, cesaron su actividad en Aragón el año pasado. Si bien es cierto que hay negocios regentados por más de un autónomo, también lo es que en ocasiones un solo trabajador es el que regenta varios negocios, por lo que el número de establecimientos cerrados en la comunidad se cuenta por centenares.


Además, estos emprendedores han tenido en muchas ocasiones que prescindir de los empleados que tenían a su cargo. Tiendas que contaban con uno o dos dependientes contratados, ante la falta de ingresos, han decidido prescindir de sus servicios. Solo en la provincia de Zaragoza han perdido su empleo 1.350 asalariados que trabajaban en el pequeño comercio. Por contra, en Huesca el número de asalariados ha crecido en 96 personas, mientras que en Teruel lo ha hecho en siete trabajadores.


En toda España, los autónomos que han cotizado al Régimen Especial de Trabajadores Autónomos en el epígrafe de comercio minorista han bajado en 19.893 pequeños empresarios. Además, ha supuesto una pérdida de 44.000 empleos de personas que trabajaban para ellos.


Pérdida de calidad de vida


Ángeles Pelegay, coordinadora nacional de la sectorial de comercio de la Unión de Pequeños Trabajadores Autónomos (UPTA) y encargada del ramo en Aragón, llama la atención de que detrás de los despidos de estos empleados, además, hay un problema para el autónomo: "No solo se destruye un empleo, sino que el encargado se queda solo, por lo que tiene que trabajar más, pierde calidad de vida... Cuando un autónomo echa a alguien es que no le ha quedado más remedio, porque ha llegado al límite".


En cuanto a los autónomos que tienen que cerrar, Pelegay cree que es un problema añadido, porque "es gente de difícil recolocación, han sido comerciantes toda su vida y apenas han hecho otra cosa".


Otro indicador del momento complicado que atraviesa el sector es el número de inscritos en el Instituto Aragonés de Empleo (Inaem) en los últimos meses. En él queda registrada la actividad económica de la última empresa en la que trabajaron las personas que se inscriben. Durante el año 2007 los parados que llegaban al Inaem procedentes del comercio minorista rondaban mensualmente los 3.000, con un pico máximo de 3.246 en marzo. En los tres primeros trimestres de 2008 la cifra media mensual ya rondaba los 3.400 o 3.500. Sin embargo, el gran repunte llegó en los dos últimos meses registrados, en los que se superaron con holgura los 4.000 desempleados inscritos. En noviembre rozaron los 4.500.


Un proceso inverso han llevado los nuevos contratos realizados en el sector. Es un indicador variable según las necesidades -en verano y en Navidad siempre suben las contrataciones-. En 2008, sin embargo, se vio una gran diferencia en los temporales de final de año. En noviembre de 2007 se hicieron 2.792 contratos, mientras que en el mismo mes de 2008 solo crearon 1.981.


Los cierres de pequeñas tiendas cada vez son más habituales, y el 'se traspasa' cuelga de muchos escaparates. Curiosamente, en la Cámara de Comercio de Zaragoza recibieron más solicitudes de información de traspaso en 2007 que en 2008. Elena Batanero, del área de creación de empresas de la Cámara, observa que "hay mucha gente de 50 años que se ha quedado en el paro y cuya mejor opción es autoemplearse asumiendo un traspaso". A pesar de la mala coyuntura económica, también cree que esta opción "es una buena oportunidad para coger negocios obsoletos. Mucha gente joven lo está haciendo y le está yendo bien".

Enero no pinta mejor

Todos coinciden en que, paralelamente al resto de previsiones económicas, lo peor está por llegar. La Confederación Española de Comercio auguró que si se mantiene el frenazo en el consumo, el 10% del sector se puede ir a pique, con lo que echarían la persiana 60.000 comercios en toda España y se perderían entre 250.000 y 300.000 puestos de trabajo. "Enero va a ser durísimo. Se ha inyectado tanto miedo que la gente se agarra al dinero y no lo suelta", observa Ángeles Pelegay.


Ante "la gravedad" de la situación, la sectorial de comercio de la UPTA que coordina Pelegay trabaja en un plan de actuación urgente que presentará en breve al Gobierno central por medio del diputado Jesús Membrado. En ella reclamarán ayudas fiscales, a la formación, al acceso a la tecnología y al fomento del relevo generacional, uno de los grandes problemas del sector. Los hijos no toman el testigo de sus padres, y menos con la que está cayendo.